


Ciclos Marqués llegó este viernes a la meta. Dio las primeras pedaladas hace más de cincuenta años cuando todavía no había ni agua, ni luz, ni alcantarillado en Flores del Sil, desde donde subió el repecho de la Avenida de Portugal para coronar la cima del centro de la ciudad, desde la que ahora se despide con los brazos en alto en plena recta final tras haber contribuido como pocos a que Ponferrada 2014 no fuera sólo un evento tan fugaz como el paso de los ciclistas durante apenas una semana larga de competición. Ha sido tan rápido en el último sprint que ha adelantado incluso a las previsiones de cierre y bajó la persiana para siempre este 27 de enero.
La carrera de Ciclos Marqués comenzó con un prólogo. Fernando Marqués sólo tenía 14 años. Pero ya se había formado como mecánico haciendo sus pinitos con Servando Álvarez y Bicicletas Manceñido. Por ser el mayor de los hermanos le tocó abrir la senda de un negocio que regularizó su actividad en el año 1964. Por entonces primaban las reparaciones hasta el punto de que evita utilizar el término comercio al relatar la primera década de vida de un establecimiento que se volcó en los arreglos de las bicicletas, el principal medio de transporte al trabajo de la época.
Fueron pasando las etapas. Y sin dejar nunca de lado la vertiente mecánica, Ciclos Marqués se incorporó a la venta de bicicletas, ciclomotores y motocicletas siempre con la máxima bien presente de intentar eliminar intermediarios y ser distribuidor directo de marcas de prestigio en estos segmentos. Y aunque el motor se coló en la tienda, “la bicicleta siempre fue la reseña principal” de un establecimiento desde el que asistió primero al desarrollo del ciclismo deportivo en torno a las competiciones que reunían a jóvenes promesas, muchas de ellas nacidas en una tierra que ni siquiera soñaba con ser un día sede de un Campeonato del Mundo.



Protagonismo en el boom del cicloturismo
La propia sociedad estaba evolucionando. La bici ya no se limitaba a ser compañera de viaje al trabajo, sino que empezaba a ganar parcelas de protagonismo en los ratos de ocio. El Grupo Deportivo Bici Moto Marqués le puso el maillot y el cullote a una generación de bercianos que salieron a las carreteras nacionales e incluso internacionales para desarrollar su afición ciclista sin pretensión de emular los éxitos de Federico Martín Bahamontes, Luis Ocaña o Perico Delgado. “Y aquello tuvo una repercusión deportiva y social muy importante”, remarca. Hubo también quienes prefirieron confundirse con la naturaleza subidos a las bicicletas de montaña. Y ésos encontraron la mejor hoja de ruta en “Conocer El Bierzo en bicicleta”, un libro firmado por Francisco Marqués (hermano de Fernando) y Manuel del Valle.
Soplaba por entonces el viento a favor. Miguel Indurain llegaba de amarillo a París como campeón hasta cinco años consecutivos del Tour de Francia al mismo ritmo que muchas familias invertían parte de sus ahorros en comprar bicicletas. De forma paralela, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 cambiaron para siempre la faz de un país en el que el deporte pasó de los esfuerzos heroicos de los pioneros al trabajo reglado de los centros de alto rendimiento. Marqués se subió a la ola del cambio y abrió el formato de la multitienda para incorporar las prendas, los materiales y los complementos deportivos a unos escaparates hasta la fecha monopolizados por las dos ruedas.
La crisis económica empinó la carretera. Pero Ponferrada puso entonces la meta en la cima más alta y se marcó el reto de ser sede de un Mundial de Ciclismo. Ciclos Marqués afrontó aquella ascensión a los cielos tirando del pelotón durante todo un año en el que la capital berciana se vistió con los colores del arco iris. Por su local de la calle Ave María pasaron delegaciones y equipos nacionales, pero Fernando Marqués se queda de aquellos meses con el impacto causado en los alumnos de los colegios las charlas en las que ilustró el cambio experimentado en el ciclismo a través de las bicicletas representativas de una evolución que dejó para el recuerdo los cables por encima del manillar o las manetas de los cambios en el cuadro.
Pudo ser aquel año en el que coincidió la cita mundialista con el cincuentenario del negocio un buen momento para colgar la bici. Pero Marqués prefirió entonces estirar la ronda una etapa más para asistir a la repercusión del Mundial, clave a su juicio para lograr la incorporación de la mujer y dibujar escenas de disfrute familiar en torno a marchas ciclistas. También deja en sus primeras fases el desarrollo de la bicicleta eléctrica, que ahora puede resultar una compañera de viaje ideal para desplazarse de casa a la oficina.
“No ha sido el boom que esperaban los fabricantes, pero le veo un gran futuro a la bici eléctrica”, dice Fernando Marqués, convencido también de que las ciudades se han ido adaptando a la convivencia entre conductores, ciclistas y peatones. “La Zona 30 ha ido creando conciencia y Ponferrada tampoco necesitaría una gran red de carril bici”, añade tras reconocer que la globalización ha transformado la vertiente comercial hasta el punto de que “ya hoy cuenta más el marketing y la publicidad que la calidad del producto”, incluso en ocasiones que “el asesoramiento de un profesional”, si bien ahí precisa que en su caso ha contado con una “clientela fiel”. “Y en última instancia”, destaca, “vienen a pedir opinión”.
"Se está desmoralizando a los jóvenes emprendedores"
Ciclos Marqués llega a la meta, donde le esperan los ramos de rosas y los reconocimientos. Pero no parece momento para brindar con champán en una tierra que sufre más que otras el impacto de una crisis económica que dura ya demasiado. El comercio, espejo de la pujanza económica de los territorios, asiste en Ponferrada a un rosario de fracasos que amenaza con cortar las alas a una nueva generación a la que se está condenando a la emigración. “Se está yendo muy a ciegas y se está desmoralizando en gran medida a los llamados jóvenes emprendedores”, denuncia Marqués, que echa en falta precisamente herramientas de asesoramiento que bien podrían llegar de profesionales ya retirados.
Él se retira convencido de que la rama deportiva es hoy por hoy una buena elección para montar un negocio. “Siempre que seas profesional y ofrezcas un producto de calidad, le veo futuro perfectamente”, apostilla a renglón seguido Fernando Marqués, que aparcará la actividad comercial pero no la deportiva, dispuesto a disfrutar más de la familia y a que la bicicleta siga siendo una buena compañera de viaje, en este caso para protagonizar (como los ciclistas más aguerridos) alguna que otra escapada.

