El desmantelamiento de la central térmica de Anllares (propiedad de Naturgy en un 66,6% y de Endesa en un 33,3%), ubicada en Páramo del Sil, sigue dando pasos en su desmantelamiento, que comenzó en julio del año 2019 después de su cierre definitivo en diciembre de 2018. Con esta jornada histórica, se para el corazón de Páramo y el Alto Sil.
Este jueves, 350 kilos de dinamita gelatinosa han dinamitado la caldera, a cargo de la empresa vasca Lezama Demoliciones -que también se encarga del desmantelamiento de Compostilla II en Cubillos del Sil-. Con la explosión, 8.000 toneladas de acero se precipitaron sobre el esqueleto de la central a las 15:00 horas de este jueves, dejando tras de sí una columna de humo y polvo que sustituyeron los 40 metros de altura, 27 metros de ancho y 13 metros de profundidad de la caldera que en su día alimentaba el funcionamiento de Anllares durante casi 40 años.
Se trata de la tercera explosión desde que comenzó el proceso de desmantelamiento de Anllares, después de que el pasado 25 de noviembre 'cayera' del mismo modo la chimenea, uno de los elementos más reconocibles de la central.
Previamente a la demolición acaecida hoy, se llevaron a cabo labores de preparación consistentes en debilitar la estructura, a fin de que la voladura fuese segura y produjese el menor impacto ambiental posible. Asimismo, un perímetro de seguridad de 400 metros protegía el entorno de la explosión.
La central térmica de Anllares entró en parada definitiva y se desconectó de la red en el mes de diciembre de 2018. Antes, las instalaciones propiedad de Naturgy y Endesa habían acumulado 36 años de operación desde su apertura en 1982.
Por su parte, Naturgy ha calificado de “éxito” la voladura controlada de la caldera, reiterando que “la operación se ha llevado a cabo con las máximas medidas de seguridad, mínimo impacto ambiental y con un cumplimiento riguroso de la normativa vigente”. Subraya la compañía que "la demolición mediante esta técnica es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, ya que minimiza los riesgos para los trabajadores, favorece la economía circular y contribuye a reducir el impacto ambiental", siendo la técnica elegida para desmantelar las grandes estructuras de la central térmica de Anllares.
En cumplimiento de las medidas de seguridad aplicables a esta voladura, se han evacuado todos los edificios y naves de la central, se ha interrumpido la circulación en la carretera en las inmediaciones de la planta y se han realizado los pertinentes avisos a las autoridades competentes, al Ayuntamiento de Páramo del Sil y a la Junta Vecinal de Anllares. Igualmente, comprobaron la ausencia de nidos de aves, así como de otras especies que pudieran verse afectadas.
Una vez realizada la voladura, los residuos de hormigón y de la estructura metálica son recogidos a nivel del suelo. Se estima que se recuperarán 8.000 toneladas de acero y 140 de material de aislamiento que serán reciclados.