La nueva temporada del Grand Prix comenzaba este y enfrentó los pueblos de Bembibre y Almacelles (Lérida, Cataluña). Los de la capital del Bierzo Alto defendieron el color amarillo y sintieron el apoyo de todos sus vecinos, que se concentraron en la plaza de Santa Bárbara de la localidad para ver la victoria inaugural de los bercianos.
En un choque muy ajustado, tanto en puntos como en caídas, los azules y los amarillos lucharon hasta el final en un emocionante programa que se decidió en la última prueba y que dio la victoria a los de Bembibre, para celebración de un pueblo volcado con los suyos. Ahora tendrán que seguir acumulando puntos para ganar posiciones en la clasificación global.
El equipo amarillo, el de Bembibre, contó con el apoyo de su padrino, el cómico y presentador Leo Harlem. Mientras que la presentadora Lorena Castell fue la madrina del equipo de Almacelles y defendió a la grada azul. Además, los regidores de cada localidad, Silvia Cao y Joan Bosch, también estuvieron presentes y junto a los padrinos. Los alcaldes eran los encargados de pedir el comodín de la vaquilla, y también jugaron en la ya histórica prueba de la patata caliente.
‘Los Recogecocos’ abrieron esta nueva edición del Gran Prix y los del Bierzo Alto fueron los primeros en echar a correr en esta prueba, los jugadores tuvieron que trepar por una gigantesca palmera que flotaba sobre el agua para recoger tantos cocos como pudiesen en dos minutos y medio. Hubo muchos chapuzones e incluso alguna broma sobre dos de las gemelas que participaban, y es que Cristinini, en la cabina de locución, aseguró que "no se trata de un fallo en el sistema, no están viendo doble en sus casas". Pese a ello, hubo un empate técnico, algo que Harlem excusó por "la falta de litoral" en El Bierzo, y aseguró que "si hubiesen sido botillos habrían sido 16", y no los cinco cocos que finalmente recogieron.
En la segunda prueba, el árbol de la suerte, dos concursantes disfrazados de ardillas tenían que recoger las nueces colgadas mientras corrían por una cinta que se lo puso muy difícil. Tan tan difícil, que los bembibrenses no pudieron conseguir ni una, eso sí, con mucho humor fueron ganadores en caídas que sacaron unas buenas sonrisas al público que, pese a ello, no se dejó desanimar.
Los padrinos tuvieron mucho que decir, o mejor dicho, que cantar con la prueba musical en la que tuvieron que descubrir una canción interpretada por alguien del pueblo, asesorados por otro vecino. En el caso de Bembibre, Miguel ayudó a Leo Harlem y con un oído impecable logró adivinar dos de las cuatro canciones, con la ayuda de Belén Martín, concejala de Festejos, Turismo y Comercio, que entonó 'Que me coma el tigre' y Maider Menéndez, profesora de acordeón, que cantó con mucho arte 'Despecha'.
"Con este botillo al enemigo, lo metemos en el bolsillo", decía un vecino en el vídeo promocional de la capital del Bierzo Alto, sin embargo, no pudieron con la siguiente prueba en la que tenían que hacer un recorrido lleno de obstáculos y ¡con aletas! Remontaron los de Bembibre con los pingüinos matemáticos, se ve que son también de letras y es que lograron adivinar las cuentas y tirarse sobre las placas con las respuestas, dejando caídas de lo más graciosas al más estilo pingüino.
Los 'bebés' de la guardería de Bembibre no lograron ganar a Almacelles, con lo que la clasificación se ponía muy interesante. Ni el mítico juego de la patata caliente le dio suerte a los del Bierzo Alto que, entre muchos sobresaltos y risas, no lograron hacerse con los puntos de la prueba.
Otro clásico del Gran Prix son los troncos locos, que hicieron reír al público presente en el plató y también a los reunidos en Bembibre que vieron los chapuzones, barrigazos, y algún que otro spagat, mientras los salmones volaban. Ni la vaquilla, que tuvo que incordiar a los del Bierzo, logró detener las carreras de los participantes amarillos, que se hicieron con 11 salmones.
Los superbolos se le dieron muy bien a los de Bembibre, que guiados por las indicaciones de Leo Harlem, lograron derribar 4 bolos, entre ellos del dorado, con premio doble. Empataron, sin embargo, en puntos con los catalanes. Sería en la última prueba, el diccionario, donde se decidiría la gran victoria.
En el último desafío, los alcaldes, junto con el padrino y un experto de su pueblo, Sigifredo Benavides (UPL) en el caso de Bembibre, deben responder preguntas indicando si la palabra está en el diccionario de la Real Academia Española o no. El ingenio de los tres logró que la capital del Bierzo se hiciese con la victoria después de dos horas y media de un programa muy ajustado. Lo celebraron con vítores en el Bierzo Alto y es que comienzan con muy buen pie esta edición del programa.
El marcador se cerró con 24 puntos para Bembibre y 13 para Almacelles.
Una nueva edición de este gran formato de entretenimiento en la que 14 pueblos de toda España compiten por llevarse el trofeo de campeones. El programa incorpora este verano casi el doble de juegos que al año pasado, con un total de 31 divertidas pruebas.
Ramón García conduce el programa acompañado por Cristinini en la cabina de locución, Wilbur como probador de juegos y la mascota más famosa de la televisión: la Vaquilla.
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Los pueblos participantes
Esta nueva edición contará con diez entregas en las que los pueblos se enfrentarán, como siempre de dos en dos, en siete programas eliminatorios:
- Bembibre - Almacelles (Lleida)
- Olvera (Cádiz) - Cangas de Onís (Asturias)
- Morata de Tajuña (Madrid) - Burela (Lugo)
- Ondara (Alicante) - Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)
- Villanueva de la Torre (Guadalajara) - Binissalem (Mallorca)
- Tauste (Zaragoza) - Medio Cudeyo (Cantabria)
- Llerena (Badajoz) - San Adrián (Navarra)
Los cuatro mejor puntuados se clasificarán para las dos semifinales. Y el pueblo ganador de cada una de ellas accederá a la gran final del concurso.
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