La agricultura española ha dado un impulso considerable a su digitalización en los últimos años, sobre todo en los cultivos más rentables, y ahora mira al cumplimiento de las cada vez mayores exigencias regulatorias en materia fitosanitaria como una oportunidad para aportar un valor adicional a través las herramientas tecnológicas a todos los cultivos y agricultores.
En esta idea han coincidido los participantes en un diálogo organizado en la agencia de noticias Servimedia sobre ‘La digitalización como mecanismo para la modernización y desarrollo del sector agrícola’ con la colaboración de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (Aepla).
“Hay una combinación de factores que hacen de la sanidad vegetal un ámbito idóneo para que la digitalización y la agricultura de precisión jueguen un papel muy importante”, afirmó Fernando Plaza, responsable de la implementación en España de AgriGuide, una plataforma tecnológica que ayuda al agricultor de forma sencilla a tener disponible toda la información del etiquetado de los productos, aportando datos necesarios para la producción, permitiendo la trazabilidad y el cumplimiento de los requisitos legislativos fitosanitarios.
Este experto señaló que Europa es la región del mundo donde se hacen más controles de sanidad vegetal “y la tecnología nos permite hacerlo cada vez de forma más eficiente y sostenible”.
Para Felipe Cortines, miembro de la asociación agraria española Asaja y del Consejo Europeo de Jóvenes Agricultores (CEJA), “las herramientas digitales que nos hacen la vida más fácil son bienvenidas” y eso es lo que ocurre con AgriGuide, que la encuentra una solución tecnológica “muy útil”, porque la normativa cambia por meses y te ayuda a tener actualizada la información sobre los productos que se pueden usar y los que no, las dosis a emplear, o tener etiquetas personalizadas".
“Pioneros”
Estos dos expertos en el sector primario creen que España ha avanzado mucho en digitalización, pero esa digitalización va por ‘barrios’ y por tramos de edad.
En cultivos que proporcionan un margen de rentabilidad alto, como en los invernaderos del sur, la inversión tecnológica es más fácil, y en este segmento, el campo español es pionero en innovación, explican Plaza y Cortines. “Pero los cultivos que emplean mucha superficie y mucha gente, todavía nos cuesta, por edad de la maquinaria o los costes, y ahí quizá todavía vamos un poco por atrás si nos comparamos con Reino Unido, el norte de Europa o Estados Unidos. La digitalización del campo es un camino en el que queda mucho por recorrer”, observó Plaza.
Otro aspecto capital para la digitalización es la formación de los agricultores y ahí hay que redoblar el esfuerzo con los productores de más edad. “A las personas mayores les cuesta más”, apuntó Cortines, que celebró la sorpresa que se lleva la gente cuando explicas que hay tractores de conducción autónoma, lo que contrasta con “esa imagen antigua de un agricultor con la azada y la gorrilla”.
El directivo de Asaja se felicitó además de que España ya esté en puestos “punteros” del mundo en exportación de nuevas técnicas en materia de sensorización, control de humedad de plantas o empleo de imágenes satelitales para la vigilancia de cultivos.
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