La Fundación Ciudad de la Energía cree que ya empiezan a verse en los antiguos territorios mineros los efectos positivos de esa transición justa y de todo el trabajo que se desarrolla, con una línea de ayudas de 91 millones de euros que ya está en marcha y otra que se abrirá este año con otros 25 millones para intentar “rescatar” las iniciativas que quedaron fuera. Así lo dijo la responsable del área de Transición Justa y Reto Demográfico, Begoña María Tomé, quien recordó que esa primera línea de ayudas para proyectos municipales de infraestructuras ambientales, sociales y digitales dejarán en el Bierzo y Laciana 15 millones de euros, a través de 12 proyectos, y más de 5 millones en la Montaña Central leonesa y La Robla, con otras cinco iniciativas. Tomé pidió paciencia, ya que son cosas que llevan tiempo.
“Estamos en un terreno palpable, no solo de propuestas y diseño. Hay ya proyectos resueltos e iniciando su ejecución, pero tienen su tiempo para desarrollarse. En el Bierzo y Montaña Central leonesa ya se empiezan a ver grandes restauraciones, proyectos municipales. En los entornos de cierres de centrales, precisamente en Compostilla, con el Futur-E de Endesa sí se han desarrollado proyectos industriales. Es un vector de transformación y empleo a futuro. Tener una fábrica de reciclaje de palas o baterías de coche eléctrico nos está situando en la vanguardia. Va a generar empleo de calidad. Pero llevan su tiempo”, señaló.
Otra de las líneas de ayudas es la destinada a proyectos empresariales y pequeños proyectos de inversión, con un monto total de 50 millones de euros. Se han presentado 330 iniciativas en toda España y actualmente están en proceso de evaluación. Habrá otra segunda fase con 27 millones. En Castilla y León se han presentado muchos de carácter industrial y con importantes inversiones.
Tomé también se refirió a la despoblación de los territorios, tema en el que también se trabaja. “Es importante hacer un relato optimista. Estamos trabajando y poniendo los cimientos para generar economías diversificadas y sostenibles que corrijan los impactos de los cierres”, dijo.
Actualmente, hay más de 15 convenios en ocho comunidades autónomas y se trabaja con procesos de participación social, con el objetivo de que la ciudadanía aporte su visión y ajustar esas iniciativas a las necesidades de cada territorio.
En cuanto al área de I+D+i, sus responsables, Alberto Gómez y Javier Quiñones, explicaron todo lo que se está haciendo desde el laboratorio de Cubillos del Sil y del de Otomín, en Burgos, en cuanto a la producción de hidrógeno verde y almacenamiento de energía y desarrollo de energías renovables. Hay 30 millones de euros disponibles para su desarrollo, con un 70 por ciento de iniciativas en licitación y unos 8 proyectos, en principio viables, que buscan ya fondos para comenzar a trabajar. “El gran reto que tiene nuestra sociedad, y en concreto España, para poder tener una independencia energética y beneficiar a la sociedad”, dijo Quiñones. “Queremos ser un punto de contacto con las empresas, para que puedan evaluar si sus ideas son viables”, añadió.
Actualmente, en Otomín se siguen tomando datos sobre la estanqueidad y seguridad de esos almacenamientos energéticos, que serán fundamentales para poder usarse cuando otras energías no puedan entrar en funcionamiento. En cuanto a tecnologías que se puedan usar para lograr ese hidrógeno verde, Gómez cree que hay que apostar por el electrolizador de óxido sólido, que permite integrar energía térmica y electrólisis.
En cuanto al centro de ciberseguridad, se trata de un reto compartido con INCIBE el que se sigue avanzando. Así como en la oficina de transformación comunitaria para la formación de comunidades energéticas. En diciembre se pondrá en marcha la página web y se informará a todos los interesados.
Nueva formación
En el área de Formación y Producción de Planta, dirigida por Luis del Riego, y que tiene como eje principal Ciuden Vivero, la novedad es la solicitud de un nuevo programa mixto de empleo, para el año 2024, que será de larga duración y formará a 15 personas en fruticultura. Ciuden Vivero acogerá desde el 1 de diciembre otro taller con 20 alumnos, mientras que en la Térmica Cultural habrá 16 estudiantes que se encargarán del ajardinamiento.
Desde 2010 se han desarrollado 22 talleres. Solo el año pasado participaron medio centenar de personas, con una inversión de 500.000 euros. El 30 por ciento logra trabajo en los seis meses posteriores a su formación.
Además, el área trabaja también en educación ambiental, el área de producción de plantas, con 10.000 plantas donadas a ayuntamientos y colectivos. Y se colabora en la entrega de castaños que se están plantando en el Bierzo Alto. Ahora cuentan con 30.000 plantas en Ciuden Vivero.
Como novedad se está trabajando con el Centro de Recursos Filogenéticos del Ministerio de Agricultura y hay una parcela experimental para ver el efecto resistente de algunos genotipos de olmo contra la graciosis. “Tenemos 191 ejemplares plantados en una parcela y el próximo año le inocularemos la enfermedad”.
Por último, Conchi Fernández recordó la labor que se hace en la Fábrica de Luz. Museo de la Energía y la Térmica Cultural, dentro del área de Museos, Patrimonio y Cultura. El trabajo aquí es más conocido, dado que se informa puntualmente de exposiciones, talleres o trabajo con las comunidades educativas.
Está en proceso de licitación un nuevo proyecto de reciclaje cultural, que pretende llevar la cultura a zonas difíciles, así como reutilizar material de otras muestras y ahorrar costes.
En cifras, el Museo de la Energía ha recibido a más de 200.000 personas desde su apertura y desde enero de este año ya son 20.000. La Térmica Cultural se consolida como un éxito. Desde finales de marzo, cuando abrió sus puertas, ya han pasado 25.000 personas por estas instalaciones. “Son unos datos muy buenos”, dijo Fernández.