El pasado 13 de marzo el Ayuntamiento ordenó la paralización de los autobuses urbanos para evitar la trasmisión del virus, pero tres días después se dio orden de restablecer en parte el servicio con el objetivo de garantizar la movilidad a los puestos de trabajo y a los servicios más necesarios para la población. Esa misma semana se reforzó el servicio que conecta la ciudad con el Hospital del Bierzo y convertirlo en gratuito.
Pese al aumento de frecuencias, los pasajeros de los autobuses deberán mantener las medidas de seguridad que venían funcionando en los últimos días, como la anulación de los asientos contiguos al conductor o la distribución de asientos en zigzag para evitar contactos entre usuarios. Además, los vehículos grandes pueden estar ocupados por un máximo de 18 usuarios, mientras que los pequeños aceptan siete pasajeros y queda prohibido viajar de pie para evitar el contacto con barras de sujeción.
En cuanto a los conductores, continúan empleando guantes de protección proporcionados por la empresa y disponen de un termómetro sin contacto para medirse la temperatura al finalizar el turno. La limpieza en los cambios de turno se intensifica en lo relativo a estos puestos de conducción, así como en barras asideros y máquinas expendedoras.












