Uno de los dos cedros que quedaban en la avenida de Portugal, frente a la entrada principal del parque del Temple, ha sido apeado por razones de seguridad.
Después de que los vecinos solicitaran a principios de año que se rebajaran ambos árboles y dado que esa posibilidad no podía llevarse a cabo por las propias características de los ejemplares, el segundo cedro que todavía permanecía ha tenido que ser finalmente apeado.
Y es que, “la posibilidad de caída” implicaba una peligrosidad que desde el consistorio ponferradino han decidido evitar a toda costa, ha explicado la concejal de Medioambiente, Cristina López Voces.
De hecho, tras mantener conversaciones entre las asociaciones ecologistas y la propia concejal, se ha procedido a apearlo. “Todas las asociaciones y los vecinos estaban de acuerdo. Los de Bierzo Aire Limpio entendían perfectamente las razones por las que había que apearlo”, señala.
Precisamente, el pasado mes de febrero, miembros de Bierzo Aire Limpio decidieron encadenarse a este cedro para evitar su desaparición, pero tras conversaciones con López Voces entendieron la peligrosidad que podía suponer para los ciudadanos su posible caída.
A partir de ahora, el hueco que ocupaba el cedro será ocupado por un aligustre, la misma decisión que se tomó cuando se tuvo que apear el primero de los cedros.