En una tarde de mayo de uno de los primeros años del siglo XIV, volvían de la feria de San Marcos de Cacabelos tres, al parecer, criados de alguno de los grandes señores que entonces se repartían el dominio del Bierzo (...)
Con esta escena costumbrista el poeta villafranquino Enrique Gil y Carrasco daba vida en 1844 a la considerada una de las mejores obras españolas y la culminación del genero de la novela histórica en este país. 'El señor de Bembibre', como el escritor tituló a este referente del romanticismo, ha sido y sigue siendo hoy en día una ventana al mundo caballeresco, de altos ideales y radicales pasiones que ha conseguido recrear un Bierzo medieval que ha traspasado fronteras.
Gil y Carrasco, cuyo bicentenario ha tenido lugar este pasado 2015 enmarcado bajo un amplio programa de actos del 'Año Romántico', ha sido uno de los encargados de iniciar un interesante mapa literario por la Comarca que han ido completando, con el paso de los años, otros importantes autores y poetas contemporáneos y también más actuales. Con Ponferrada, Las Médulas, Villafranca, Cacabelos, Bembibre o Fabero como musas de sus historias muchos escritores, naturales de la zona o residentes durante algún tiempo, han querido dejar constancia de lo que estos parajes bercianos y sus gentes les han hecho sentir en algún momento de su vida. 'La senda de aquella mina', de Piorno; 'Camino Negro', de María Luisa Picado; 'La dama de las Médulas', de Susana Villar; 'Trasmundo', de Manuel Cuneya; o 'El año del Wolfram', de Raúl Guerra son simplemente algunos de los tantos títulos publicados que han ido hilando un verdadero Bierzo Literario y de los que haremos un breve repaso.
Precisamente, el punto de partida es, sin duda, 'El Lago de Carucedo', del novelista Enrique Gil y Carrasco (1815-1846). Apenas cuatro años antes de que viera la luz 'El señor de Bembibre', en 1840, el villafranquino escribió un relato breve basado en una historia de amor entre Salvador y María, en la que Las Médulas, Cornatel o el propio Lago de Carucedo, entre otros escenarios, son los principales paisajes donde transcurre el idilio en el que ambos jóvenes han sido cruelmente tratados por el destino.
Digamos que a lo largo de esta obra se pueden reconocer numerosos guiños que después el poeta incluyó en la novela de doña Beatriz y don Álvaro, una pareja que también acude a este emblemático lago para llorar su amor. Tras una introducción en la que Gil y Carrasco presenta un manuscrito hallado de donde saca la historia y que le sirve para desarrollar su amor a la descripción de la tierra del Bierzo, el cuento se organiza en tres partes: 'La primer flor de la vida', 'La flor sin hojas' y 'Hierro y Castigo'.
'El lago de Carucedo' se publicó en cuatro números (29 a 32) del Semanario Pintoresco Español, del 19 de julio al 9 de Agosto de 1840. Era el segundo relato de Enrique Gil y Carrasco. Año y medio antes había publicado 'Anochecer en San Antonio de la Florida', en diciembre de 1838, en El Correo Nacional.
A lo largo de sus páginas se puede observar una clara ambientación medieval, en la que el ingreso de don Álvaro en la orden religiosa y militar de los Templarios pone de relieve numerosos monumentos bercianos, entre ellos el Castillo de Ponferrada, así como el continuo conflicto entre las luchas políticas y militares que envolvieron la desaparición de los templarios durante el reinado de Fernando IV. Lectura obligatoria en todos los centros de enseñanza de la Comarca e, incluso, en algunas universidades españolas, 'El señor de Bembibre' es considerada por algunos críticos como una obra que supera a Walter Scott, mientras que otros la denominan como rigurosamente histórica o iniciáticamente templaria. En lo que está de acuerdo la mayoría es que 'El señor de Bembibre' es la primera epopeya berciana.
Como verdadero apasionado de El Bierzo, el escritor quiso dejar constancia de un lirismo que entremezcla con la naturaleza y el amor que sienten ambos personajes. Tanto María (protagonista de 'El lago de Carucedo') como Beatriz pasean por las orillas del lago del mismo nombre la tristeza de su amor. Las dos damas quedan extasiadas ante la belleza de este lugar que esconde tantos secretos y aguardan el eterno descanso de sus amores. Álvaro y Beatriz aparecen como ejemplo de amor paciente ante el paso de los años, hasta la muerte y más allá, pero incapaces de salvar los obstáculos que se interponen en su camino.
En este especial recorrido por el Bierzo Literario no se pueden quedar fuera los siete micro relatos ocurridos en El Bierzo y narrados a la manera de Allan Poe. La originalidad y el cuidado literario de 'Trasmundo', escritor por Manuel Cuenya, natural de Noceda, obligan al lector a sumergirse en la memoria del escritor para vivir al mismo tiempo que él sus experiencias vitales y relatos de viajes. Cuenya aborda en este trabajo, publicado en 2013, el monólogo interior rítmico, obsesivo, provocador e intenso en diversos escenarios bercianos. Editado por el Instituto de Estudios Bercianos, 'Trasmundo' se compone de Un mexicano en el Bierzo, Entre ánimas en pena, La fiesta de Las Chanas, Duende leonés, Gertrudis Fabero, Aventuras y desventuras de Gerardín del Bierzo, y Aventuras, desaguisados y correrías que Gerardín del Bierzo vivió en el Imperio Azteca . El libro se abre con un relato protagonizado por un mexicano que busca sus raíces bercianas y su identidad.
Sin embargo, para el abogado y escritor Arturo Suárez-Bárcena, afincado en la capital berciana desde hace años, Ponferrada ha sido el lugar perfecto para ambientar su obra 'Los secretos del Sil', una novela negra que, a diferencia de los géneros repasados, nació con el objetivo de mostrar la cara más canalla de un autor que en este libro narra noches de sexo y corrupción. El lado más oscuro de una ciudad capaz de revolver los intestinos de las sociedad biempensante. Suárez-Bárcena es definido por la crítica como continuador de la obra de Quevedo, Valle-Inclán o Francisco Umbral.
Dejando atrás nuestra ciudad y a escasos 20 kilómetros, nos trasladamos a Cacabelos para hacer una reseña sobre el ensayo 'Prisciliano del Bierzo. El sueño de un cristianismo diferente', de Aniceto Núñez. Este reciente trabajo, que vio la luz casi al final de este verano, arroja la tesis de que el obispo Prisciliano nació en el entorno de La Edrada en el año 340, en ese lugar de la Gallaecia identificado en las crónicas como Cauca, a la vera del castro romano. El autor, natural de la villa del Cúa, quiso poner la figura de Prisciliano en el contexto de una época en la que coincidieron también en El Bierzo emperadores como Vespasiano, Teodosio y Máximo o la monja Egeri. A través de 200 páginas, Aniceto, describe, entre muchas otras cosas, como "Egeria, Teodosio, Prisciliano y Máximo se bañaron en el río Cúa, contemplaron, extasiados y tumbados en la hierba amarillenta del otoño, la Aquiana cubierta por las primeras nieves; subieron, entre viñas, al Castro Ventosa para disfrutar de los ejercicios y disciplina de las cohortes; recorrieron a caballo hasta Interamnium Flavium, a unas veinte millas de Bergidum, para poder comer unos exquisitos melocotones o hasta Uttari, cabalgando a lo largo del estrecho valle del río Valcárcel, en la búsqueda de unas cerezas inigualables”.
Libro del mes en el Museo Minero en el año 2011 fue 'La senda de aquella mina', de Piorno, otro título que debía de estar en esta pequeña lista para entender, desde otra perspectiva, qué siente una familia de sangre minera.
Se trata de un libro de recuerdos, en el que el autor relata la historia de un clan, cuyo cabeza fallece a edad temprana a causa de la silicosis, y cuya viuda e hijos se ven obligados a continuar adelante, ganarse la vida e intentar mitigar el dolor y la pena. Los valles mineros de Laciana y Turón, y las cuencas en general, se verán plenamente identificados en esta novela.
En esta línea, la Comarca también puede presumir de ser finalista del Premio Planeta gracias a Raúl Guerra Garrido y 'El año del wólfram', publicado en 2010, que tuvo un fuerte impacto tanto en la crítica como en los lectores. La acción se desarrolla en El Bierzo durante la primavera de 1945. El trasfondo histórico es la posguerra española y el final de la Segunda Guerra Mundial. El tema externo es la búsqueda y extracción del metal precioso del wólfram, codiciado tanto por americanos como por alemanes, y medio para alcanzar la seguridad material de unos habitantes que viven en medio de carencias y dificultades económicas y sociales. La obra desarrolla una situación límite en un momento crucial de la historia. El wólfram y sus circunstancias son un pretexto idóneo para profundizar en unas psicologías complejas y profundas.
'Mineros', de Gonzalo G. Rubio (Laciana); o 'El Bierzo en los tiempos del wólfram', de José Francisco Rodríguez, ayudan a entender mejor el pasado de El Bierzo y Laciana y de cómo la realidad, a veces, puede superar la ficción. No solo las novelas, ensayos o el género histórico se han hecho hueco en este mapa de referentes de las letras en esta zona, sino que los versos del paraíso perdido de la niñez en Corullón de Antonio González-Guerrero, las vivencias familiares de Emilce Núñez en Orallo, o el lenguaje de los vientos y los árboles de Carmen Busmayor, entre muchos otros, hacen que estos parajes sigan recopilando más de una y mil historias aún por descubrir. (Más autores y sus obras en el mapa interactivo)