Se trata de un asentamiento fortificado típico prerromano situado en la Peña que le da nombre, en la pedanía perteneciente al municipio de Priaranza del Bierzo. La ocupación prerromana del castro, que ocupa unos 700 metros cuadrados, fue comprobada a través de los hallazgos arqueológicos, habiéndose encontrado estructuras circulares de piedra. También se encontró una espada de lengua de carpa incrustada en una roca que pudo ser fabricada a finales de la edad de bronce. El castro cumplía funciones de protección y control del paso de personas desde la Meseta hacia Galicia, cuando el río Sil hacía de barrera natural. En época romana, esta función fue asumida por el castillo de Cornatel. Existe la posibilidad, dada la cercanía entre el castro y el castillo, de que se utilizara el primero como cantera para el castillo.
Fue construido sin argamasa, como se puede ver en los restos de las murallas y se pueden diferenciar dos grandes áreas: el conjunto defensivo y el interior del castro, señalan desde Hispania Nostra. El conjunto defensivo del castro está compuesto por un foso, muralla defensiva de 3 metros de ancho y restos de una torre circular de gran altura. En el interior del castro quedan evidencias de viviendas circulares. Tiene un gran foso, por la parte más accesible (incorporado después de su construcción).
Por otro lado, el priorato de Santa María de Valdediós, en La Vega de Boñar, se encuentra en un estado de ruina muy avanzada, no tiene cubierta y solo se conserva parte de las paredes, la principal con arco apuntado, lo que justifica su incorporación a la Lista Roja del Patrimonio.
Está rodeado de zarzas y escombros, por lo que no es posible acceder a su interior y solo se conserva la fachada principal, parte de la lateral derecha y de la posterior con una ventana alargada en la parte inferior, adintelada, en piedra de sillería; el resto se derrumbó hace años. Su último uso fue de palomar a comienzos del siglo XX.
Es un edificio construido en piedra, de dos plantas de altura, con forma de torre cuadrada. Fue realizado en mampostería, reforzado con sillares en las esquinas. Se localizan dos ventanas tapiadas en la parte superior: una sobre la puerta con arco de medio punto y, otra, a la izquierda más baja y adintelada.
Entre ambas ventanas hay otra más grande también adintelada en madera que se ha derrumbado en la parte superior. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada de 1751, la casa-priorato medía 32 pasos de largo y 24 de ancho, incluyendo el patio, teniendo la torre 36 pies de altura. En el piso alto había seis cuartos y el bajo estaba compuesto por: recibidor, cocina, bodega, panera, caballeriza, pajar y patio; lindando con campos propios y callejas de servidumbre. Considerado uno de los elementos patrimoniales más antiguos y escasos de la comarca, con una larga historia hasta la Desamortización de Mendizábal en 1836, se encuentra en grave peligro de desaparición total, lamentan desde Hispania Nostra.