
El duelo entre el Deportivo de La Coruña y la Deportiva Ponferradina de este miércoles, que debería haber sido uno de pretemporada sin más, acabó siendo un espectáculo circense. Más allá de la bochornosa imagen que dejó el conjunto berciano al caer por 7-1 ante un rival de una categoría inferior, la 1ª RFEF, ninguno de los equipos se percató de avisar al equipo arbitral y los ayudantes de uno y otro equipo tuvieron que hacer las funciones de trencillas durante los noventa minutos.
La goleada quedó, por tanto, casi en un segundo plano en este choque disputado en el estadio La Magdalena de la localidad lucense de Villalba. Sin árbitros, el partido retrasó su inicio y el comienzo ya ofreció esa imagen lamentable para dos instituciones deportivas respetadas en el fútbol nacional. Por suerte, el encuentro no tuvo más incidentes que los goles y se resolvió con un resultado inesperado pese a estar ambas escuadras en la fase de preparación. Esto solo pasa en pretemporada

Al comienzo de la segunda parte, desde la megafonía del recinto se apresuraron a pedir disculpas señalando que "la responsabilidad no fue de ellos". Sin embargo, el daño ya estaba hecho y todo nació de un malentendido entre las entidades, que no avisaron al cuarteto arbitral. Sin opciones para remediarlo, tres ayudantes de los equipos tuvieron que encargarse de impartir justicia en un encuentro sin mucha historia, resuelto al descanso. No hay verano sin anécdota y esta vez le tocó a la Deportiva.