El pasado mes de mayo, las exportaciones de energía generada en España eran de 723 GWh, frente a las importaciones de 1.823 GWh. En este sentido, los principales países a los que España compra este recurso energético son Marruecos y Alemania. España sigue dependiendo del carbón para generar energía, lo que contrasta con el cierre de las minas en provincias como León y Asturias, cuya industria minera iba más allá de un sector de actividad laboral, se convirtió en todo un signo identitario que sigue muy vivo en el corazón de los Bercianos. Precisamente, la semana pasada se cumplió un año del cierre del pozo Salgueiro, que suponía el fin de la minería de carbón en el Bierzo.
En el año 2018, España importaba un 90% de cabrón de otros países y en 2017 la tendencia aumentó en un 28,5%. Esto supone un gasto importante a las arcas del Estado, mientras que los ciudadanos son testigos de cómo se clausuran pozos mineros y se cierran centrales térmicas. No en vano, la central térmica de Compostilla, situada en Cubillos del Sil, cerrará sus puertas definitivamente en junio de 2020, en línea con el cierre progresivo de todas las térmicas de Endesa en el país. Mientras el calendario sigue marcando implacable la cuenta atrás, la compañía eléctrica busca una segunda vida a sus instalaciones en El Bierzo, por ahora sin muchas esperanzas.