Una red de pseudomedios, otro Medio vinculado hasta hace escasos meses a Herrero Brigantina y su trama, que aquí destapamos; también el rotativo vinculado ‘sentimentalmente’ a la fuente esta acción manipulación, se hacen eco de una causa que afecta a dos ciudadanos particulares en su ámbito privado; una causa instruída como leve y entre particulares está siendo utilizada como un arma arrojadiza para perjudicar a una empresa en competencia, que nada tiene que ver con esta causa.
Se están vulnerando derechos fundamentales, como el derecho al honor y a la protección de datos retorciendo los hechos. Una causa leve con la que urde un montaje de otro delito que sería tipificado de grave.
Pero para nuestra sorpresa, surge una fake new sobre un delito de amenazas de muerte por el tribunal de las redes sociales. Eso no es periodismo, es mentir y es retorcer los hechos hacia un interés que aquí subyace: Sucia guerra mediática aderezada con banderas enarboladas de otras causas.
Estos hechos gravísimos que intentan perjudicar a un medio involucrándolo en una causa particular, ya están denunciados en vía penal y ante Agencia Española de Protección de Datos por difusión de datos personales, incluso la imagen.
Ya habrá tiempo de explicar cómo la parte interesada en urdir toda esta falsedad puede llamar a una redacción una decena de veces amedrentando al periodista de guardia mientras le instan a seguir el cauce del Aviso legal. Habrá tiempo de hablar de varios burofaxes pidiendo dinero, hasta 10.500 euros, y que meses después de esa infructuosa pesca alguien interponga una causa entre particulares (repito).
Y en torno a todo este montaje han brotado en ese universo de las redes sociales, púlsares que irradian odio y que orbitan entre ellos. Ojalá cuando toque, tengan la misma valentía para hablar de sanciones por vulneración de derechos fundamentales. El periodismo debe estar ahí también.