La nueva variedad 'Colmo Ancares Rye IPA' de la empresa berciana Cerveza Castreña es la primera artesana elaborada con centeno y miel de los Ancares y los elaboradores la definen como una bebida suave en boca pero de amargor entre medio y alto, con un final seco y especiado característico de las maltas de centeno. “Es una cerveza identificada con el territorio y única por la pureza de sus componentes”, resumieron. Colmo Ancares se comercializará en dos formatos, uno de 33 cl para uso individual y un botellón de 75 cl para compartir en comidas y cenas. La presentación de esta nueva variedad tendrá lugar el viernes a las 19.30 horas en el ecobar Coherencia de Ponferrada.
Esta cerveza elaborada con con miel de los Ancares y centeno autóctono cultivado, cosechado y malteado de manera tradicional, promoverá la recuperación de este cultivo y de la cultura que le rodea como herramienta para la recuperación del patrimonio etnográfico y de defensa contra los incendios. El proyecto pretende fomentar el cultivo de un cereal que fue de gran importancia en épocas pasadas para la alimentación y el techado de las viviendas en estas zonas de alta montaña.
Una vez separado el grano, la paja de centeno cosechada se utilizará para recuperar los 'teitos' de pallozas, hórreos y pajares, de gran valor etnográfico y patrimonial. En ese sentido, un porcentaje de los beneficios de esta nueva variedad de cerveza se destinará a cursos y actividades relacionadas con el 'teitado' y a la promoción y divulgación de la cultura del centeno. “Queremos devolver a este cereal la importancia que en su día tuvo en estas zonas de montaña”, explicaron los impulsores del proyecto, que alertaron del “preocupante deterioro y rápida desaparición” de este tipo de construcciones en toda la zona de los Ancares.
Además, la iniciativa, que también se desarrolla en la vertiente lucense de la sierra, se vale de antiguas fincas en desuso alrededor de las aldeas de los Ancares para cultivar en ellas centeno de variedades autóctonas, lo que permite proteger a estos núcleos de población de posibles incendios, ya que se mantiene limpio y trabajado el perímetro urbano. Los impulsores destacaron que supone “un ejemplo de posibles proyectos que tienen cabida en las zonas de alta montaña que parecen sometidas a un futuro poco esperanzador”.