La Ferrería de A Portela de Valcarce constituye uno de los últimos testimonios de la siderurgia tradicional del valle del Valcarce, actividad que caracterizó el paisaje y la atmósfera de este tramo del Camino de Santiago. Asimismo, resulta un atractivo cultural relevante del mismo valle. Sin embargo, el pasado miércoles pasaba a engrosar la lista roja del patrimonio de Hispania Nostra, ya que "presenta una seria amenaza de desaparición, pese a que constituye un elemento importante de la memoria y el paisaje del Camino de Santiago Francés a su paso por el valle del Valcarce", según la propia organización.
Resulta un caso singular en El Bierzo, puesto que no es frecuente encontrar ya conjuntos íntegros en los que reconocer los distintos elementos que constituían el complejo fabril de una ferrería. Además de las dimensiones de la propia zona de trabajo, resulta destacable la capacidad interpretativa que ofrecen las dependencias y el edificio residencial. Así, el conjunto en general y las estancias de la Casona del Ferrón en particular, presentan un alto valor etnográfico y arquitectónico, así como educativo y divulgador.
Siguiendo el trazado del Camino de Santiago Francés por las montañas de León, esta fábrica de producción de hierro se erige como uno de los últimos testimonios de la siderurgia tradicional del valle de Valcarce.
Junto al viaducto de la autovía A-6, a la altura de la salida 419, asoman la Casona del Ferrón y las dependencias aledañas descolgadas a media ladera. A la vera del río, rodeados de huertas, se conservan los muros de la fábrica en la que se reconocen los espacios de las carboneras, la fragua, el molino y en el extremo del canal el “banzao” donde se acumulaba el agua para mover la rueda alojada en el “banzadillo”.
Destaca la altura que adquieren los muros y pilares de la fábrica, excavada sobre la ladera, así como la arquitectura de la “Casona del Ferrón”, en la que se reconocen varios accesos que garantizaban flujos independientes y jerarquizados. Esta ofrece un ejemplo de una vivienda rural de la élite, donde el empleo de elementos decorativos de hierro tiene mayor significación. Se trata de un edificio de planta cuadrangular, de dos plantas, construida con muros de mampostería que presenta al exterior vanos adintelados de sillería y paños de sillarejo revocados, con cenefas en el remate de la cubierta. La estructura de forjados y la cubierta es de madera de castaño; conserva las particiones internas de entramado de madera y barro, piso y techos de entablado y cielorraso de caña y yeso; y también presenta una cubierta de pizarra rematada por varias chimeneas. Las habitaciones nobles mantienen los acabados al gusto de la época. La casona estuvo equipada con suministro de agua corriente, letrina y cocina.
Actualmente, "mantiene una situación de ruina que amenaza el mantenimiento del bien. Presenta un avanzado estado de deterioro resultante de las décadas de abandono y las adversas condiciones climáticas del valle en el que se sitúa, su proximidad al río, y su ubicación en la ladera de umbría, donde se concentran altos niveles de humedad. Aunque se ha señalado que las obras de la A-6 dañaron parte de estas construcciones, la conexión del canal no se vio alterada y se recuperó el puente de madera que daba acceso desde el Camino de Santiago".
El empuje lateral de la ladera supone "también una amenaza, como ilustra el hundimiento del muro de contención del edificio de las dependencias. Igualmente, parte del banzadillo se ha hundido, con el consiguiente riesgo para la estabilidad de los arcos que alojaban la rueda".
El estado de conservación de la casona es "especialmente preocupante, pues la falta de mantenimiento de la cubierta supone una creciente entrada de agua, y la consiguiente acumulación de humedad revierte en un deterioro de las estructuras de madera que en poco tiempo podrá suponer el completo colapso. Especialmente frágil es el estado de la cubierta: parte de la chimenea de la lareira de la cocina se ha desplomado, al igual que buena parte de los cielos rasos. El eventual colapso de la cubierta amenaza con arrastrar consigo la distribución interna en la que se reconocen los haceres tradicionales, y eventualmente podría afectar a la característica fachada", lamentan desde Hispania Nostra.
Además, dentro de la lista roja de patrimonio en peligro llevada a cabo por Hispania Nostra, también se encuentran otros enclaves bercianos como: las Estación de trenes de Cuevas del Sil y Palacios del Sil, la casa natal de Enrique Gil y Carrasco en Villafranca del Bierzo, La Placa ferroviaria de Ponferrada, las locomotoras de MSP en Ponferrada, el poblado minero de la Peña del Seo, la Iglesia de Ferradillo (Priaranza), la iglesia de Santa Lucía (Ponferrada), la iglesia de Manzanedo (Ponferrada) la Herrería de Serviz (Barjas), los 16 cortines de Fonfría y la Iglesia de Santa Ana de La Bustarga (Vega de Espinareda).