El monumento, que permanece cerrado desde principios del año pasado, se ha quedado ahora un poco más desamparado. Y es que, al encargado de velar por la conservación de lo que en su día fue empleado como sistema de aprovechamiento hidráulico, le ha llegado la hora de jubilarse.Además, el guarda estaba pagado por la Junta, que tras la retirada del vigilante, no se plantea sustituirlo.
La Herrería de Compludo fue declarada monumento nacional en el año 1968. Después de decretar su cierre por peligro de derrumbe del techo, y al que sus tres propietarios –entre ellos la familia del periodista Alfonso Rojo- no han puesto freno con una inversión, la Junta no tiene previsto cubrir la vacante.
Uno de los tres dueños advierte que el techo terminará por caer. “Un peligro real” para los visitantes que se acerquen a la antigua fragua que desde esta semana carecerá de la tutela que desaconsejaba a los turistas el tránsito por las zonas deterioradas, además de vigilar el edificio para que su conservación no resulte perjudicada.