En una semana -tan pronto pasen las elecciones en Madrid- el Gobierno detallará con las Comunidades qué nuevo marco jurídico y qué tipo de medidas tendrán en su haber para controlar desde el día 9 de mayo -día en que finaliza el estado de alarma-, la pandemia de la COVID-19.
Muchos líderes autonómicos piden que se prorrogue, pero ciertamente esto de recortar las libertades individuales y restringir derechos constitucionales es algo MUY SERIO y no puede tomarse costumbre de la situación. Se trató de una medida extrema para un escenario extremo: evitar el colapso sanitario.
Hoy, después de un año y medio de recortes de estos derechos y libertades FUNDAMENTALES, la cosa no está bien como quisiéramos, pero el colapso sanitario ya no es el factor de máximo riesgo para nuestra sociedad. La vacunación masiva que sí parece haber arrancado, la constatación de que las residencias han conseguido poner la barrera al 'bicho' y la línea plana desde hace varias semanas de la cuarta ola enfocan ya la incidencia de la pandemia hacia la cifra de contagios, y ya no tanto a la situación hospitalaria.
Hablar de mantener un toque de queda (una medida radical a la libertad del individuo) y la prohibición de moverse libremente por un territorio (otra) deben volver a percibirse como algo radicalmente excepcional.
El agotamiento pandémico de la población necesita insuflarse de nuevo de un marco de normalidad, primero jurídico y también de garantía de sus derechos, no de sentir que lo 'normal' sería mantenerse acotado.
En estas andarán seguramente este domingo en una visita campestre Igea y Verónica Casado deshojando la margarita de qué medidas podrán y cuáles no tomar sobre los ciudadanos. Ahora tendrán que ser un poco más valientes porque no tendrán paraguas jurídico ante una posible reacción de ciertos sectores en forma de demandas, pero insisten en pedir al Gobierno dicho amparo y cobertura legal para seguir imponiendo medidas restrictivas.
Si la curva de contagios es estable; si la situación hospitalaria es de elevada carga pero lejos del colapso en esta cuarta ola; si hay un plan de vacunación en marcha ¿No estaremos amparando en la previsión del miedo la aceptación de más meses de sometimiento pandémico?.
Asistimos con cierto 'acongojo' a qué saldrá de esa margarita de primavera que están deshojando en estos días POR NOSOTROS.
Lo recoge en su viñeta semanal nuestro dibujante de cabecera, Daniel Buitrón.
FELIZ DOMINGO
