Muchos municipios del Bierzo y de Laciana, como Bembibre, afrontaron la noche del apagón eléctrico a la luz de las velas, sin la compañía del alumbrado público y con la duda de saber cuando volvería una normalidad que ya se prolongaba más de nueve horas.
Con el paso del tiempo y la llegada de la noche, la incertidumbre más extrema, esa que tenía una silueta similar a las épocas del COVID, se apoderó de muchos de los lugares más transitados de la capital del Bierzo Alto.
El bullicio de la gente en las terrazas dio paso al silencio, y en el caso de algunos afortunados, al 'rugido' de los generadores. Los luces de los propios coches hicieron las veces de farolas, ante unas calles sumergidas en la penumbra más remota.
Velas, linternas e incluso luces de Navidad, son algunas de las postales que acompañaron las cenas de las casas en la localidad bembibrense. Un escenario atípico y para nada imaginable, apenas 10 horas antes, cuando toda la Península Ibérica se fundió a negro.
Antes un contexto como este, los perfiles son tan variados como singulares. Hay quienes ven en un escenario así la oportunidad perfecta para lucir un frontal. Corrillos de gente jugando al dominó, un paseo en la noche cerrada y diálogos entre balcones fueron algunas de las escenas que se vivieron en esta localidad cuando la noche tocaba su principio.
A pesar de la oscuridad y del miedo a posibles saqueos, la noche se ha saldado sin incidencias reseñables. Afortunadamente, la luz volvió a la capital del Bierzo a primera hora de la mañana, junto a otros municipios de la Comarca y del Valle de Laciana, que pelean por recuperar la normalidad más absoluta lo antes posible.
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