Más de 150 bercianos y leoneses se encontraron 'varados' en Pisa (Italia) y tuvieron que esperar más de 24 horas para poder regresas a sus casas después de su viaje por Italia, organizado dentro del programa de la Junta de Castilla y León 'Club de los 60'.
Lo que parecía un viaje de descanso y turismo de casi 10 días por la Toscana, se tornó en desafortunado para el más de un centenar de personas que viajaba dentro de esta iniciativa del gobierno autonómico para obtener descuentos y otras ventajas económicas al viajar.
"Odisea de principio a fin", así lo define uno de los afectados a InfoBierzo, que reconoce el enorme malestar que siente después de haber viajado por "primera y última vez" con el Club de los 60.
Los viajeros volaron de León a Pisa, y de allí se desplazaron por algunas de las ciudades más importantes de la zona, como Siena y Florencia, desde donde se suponía que tenía que despegar el vuelo de vuelta a la capital leonesa. Sin embargo, debido a "problemas técnicos", la vuelta se modifica, yendo de Florencia a Pisa, y de Pisa en avión hasta Valladolid. "Algunos se enteran de este cambio después de haber pagado", asegura este afectado.
Muchos de los afectados se quejan, no sólo de este cambio en el itinerario de vuelos, sino de la estancia y la comida de los hoteles en los que se hospedaron durante el viaje, asegurando que no se adherían a lo ofertado. "Habitaciones minúsculas, enchufes que se caen, neveras que no se pueden encender, suelo de moqueta sucia...", son algunas de las utilidades de las que peor recuerdo tienen.
Es en el viaje de regreso a España, cuando comienza la verdadera desventura. Uno de los afectados narra a este medio la verdadera impotencia que sintieron en un retraso que se alargó más de 24 horas, con idas y venidas, prisas, estrés y falta de información. "El retorno que supondría dos horas de Florencia a León se convierte en una odisea".
Después de estar ya subidos en el avión y listos para despegar, la nave sufre un fallo eléctrico que le impide volar. El vuelo, que estaba previsto para las 14:30 horas, se retrasa hasta las 17 horas, cuando debería haberse solucionado la incidencia. Sin embargo, a las 18 horas se informa a los 150 viajeros de que el avión no está listo para despegar, y de que deberán seguir esperando. La espera se alarga hasta que finalmente se les comunica que no viajarán ese día, y que serán reubicados en hoteles para pasar la noche, y volarán al día siguiente.
"El primer grupo sale para el hotel sobre las 22:30 y el último a las 23:59. Llevábamos en el aeropuerto desde las 10:30 y ninguno de los hoteles está a menos de una hora del aeropuerto", recuerda uno de los afectados.
El Corte Inglés ofrece hasta 20 euros para cenar, "pero los hoteles ya tienen las cocinas cerradas y cerca no hay nada", explicaba.
El nuevo vuelo debería haber salido a las 7 de la mañana del 4 de octubre, pero lo retrasan a las 8. "Nos tuvimos que levantar a las 3:30 horas, y a algunos grupos no se les comunica este cambio, con lo que llevaban en el hall del hotel desde las 4 de la mañana".
El siguiente problema es que no había transporte suficiente para llevar a los pasajeros a todos al aeropuerto y van llegando con "cuenta gotas, y en taxis, de cuatro en cuatro, máximo".
Puesto que el vuelo se había retrasado, los viajeros volvieron a solicitar que se les llevase a León, algo que les comunicaron, no era posible. "Igualmente, pedimos que a los de Ponferrada nos trajeran directos en autobús sin pasar por León; tampoco fue posible", lamenta.
"Al final llegamos a Valladolid, nos trasladan en tres autobuses hasta León; allí, los de Ponferrada, sacamos las maletas, las metemos en otro autobús y para El Bierzo, donde llegamos sobre la 18:30 sin desayunar y con medio sándwich, un quesito, un agua y un café que nos dieron en el avión".
Lejos de que las peripecias terminasen aquí, ahora quedan las reclamaciones. "Algunos hemos perdido citas médicas (y no estamos para anular citas), otros, día de trabajo, medicación..., y lo peor, es la sensación de abandono de León y sobre todo del Bierzo por parte de la Junta. Todo duele. Muchas de las personas íbamos con el club de los 60 por primera vez. Todo eran halagos y buenos augurios, pero la realidad no alcanzó casi ninguna de las expectativas. Es una pena. Creo que pocos repetiremos la experiencia."
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