La principal formación geológica que demuestra que Ponferrada se edificó sobre un lecho rocoso, con más de 500 millones de años, ha amanecido hace unos días con una pintada, probablemente, porque el autor de este graffitti desconozca el valor histórico que este 'lienzo' de cuarcita, del periódo Cámbrico, tiene a la hora de hablar del origen de la capital berciana.
El interés geológico de esta pared rocosa de unos quince metros de longitud y cinco de altura, que se encuentra en la base del actual edificio de Telefónica -al principio del Parque de la Concordia-, radica en las huellas que dejaron las olas cuando buena parte del Bierzo estaba sumergido por las aguas, algo que desconocen la mayoría de los ciudadanos. Dichas marcas, sepultadas por siglos de sedimentos, muestran la presencia del oleaje del antiguo Mar Cantábrico sobre la costa del supercontinente Gondwana y que se conocen como 'ripple marks', según explican en la edición de este jueves de Diario de León los geólogos Ramiro López, Francisco Arias y José Miguel, quienes dieron el aviso de esta especie de 'atentado' contra un vestigio geológico. Precisamente, esos sedimentos que han cubierto la pared han permitido que las ondulaciones sigan grabadas, mientras que la antigua arena de playa ha dado lugar a areniscas y cuarcitas de grado fino, que pertenecen a la formación geológica Serie de Los Cabos, que nace en la costa asturiana y cuyos estratos afloran en Villafranca, San Esteban de Valdueza y muy cerca de los canales romanos de Llamas de Cabrera.
Por su parte, los expertos recalcan que esta pared rocosa tiene un gran y demostrable interés geológico, aunque son conscientes de que hay muchas personas que no conocen nada sobre su origen. En este sentido, critican que no haya ningún cartel o placa en el lugar que informe a los ciudadanos de lo que tienen ante sus ojos y solicitan al Ayuntamiento que tomen medidas para proteger este vestigio que nos recuerda cuando Ponferrada estuvo bajo el mar.