Asaja señala en un comunicado que está en contra de que la tierra agrícola se destine a la instalación de plantas fotovoltaicas y recuerda que tanto en El Bierzo, como en el resto de la provincia de León, las autorizaciones administrativas para este tipo de energías suponen ya una producción eléctrica muy superior al consumo, por lo tanto insta a los promotores a que lleven estos proyectos a las áreas de demanda.
Además, piden que se considere a todo el regadío de la comarca y en concreto al vinculado al Canal Alto -que ha recibido una importante inversión para su modernización- como zona de especial protección y que no se autorice el cambio de uso de esos terrenos de rústico a industrial. Además, Asaja recuerda su exigencia de que los centros de producción energética estén próximos a los puntos de conexión con Red Eléctrica, para evitar la ocupación de tierras con líneas de evacuación, y que, en todo caso, cuando hay líneas de evacuación que estas sean subterráneas, cuestión que en ese proyecto no se ha tenido en cuenta.
En una comarca que basa gran parte de su economía en los productos de calidad, como el vino y la fruta, subrayan que dicho proyecto se basa en arrancar viñedo y frutales en la mayor parte de sus 66 hectáreas, “descepando la que probablemente hoy sea la viña de mayores dimensiones de la comarca”. Así, consideran que supondría un impacto social y medioambiental “que ha de estar por encima de los intereses económicos de promotor y que, por lo tanto, la Junta no debe de autorizarlo”.
Recordemos que este martes la Asociación de Jóvenes Agricultores, Asaja, de León, mostró su rechazo ante la medida protectora del estudio de impacto ambiental impuesta por la Junta de Castilla y León a promotores de parques fotovoltaicos, consistente en controlar la vegetación natural en el interior de las instalaciones mediante el “fomento de la población de lagomorfos silvestres”
“El hecho de tratarse de un gran recinto vallado, donde no entrarán depredadores como el zorro, donde no se practicará la caza y donde le es muy difícil apresar a las aves rapaces, se convierte en un ambiente óptimo y en un reservorio propicio, para la proliferación de conejos, tanto autóctonos como sus cruces, que se van a convertir en una amenaza para los cultivos colindantes”, advirtió Asaja.