Marín se refirió al área del Sil Superior, que aproximadamente coincide con los límites geográficos de la comarca del Bierzo, como una de las zonas “en peor estado” en el área. De hecho, las primeras restricciones se materializarán en la comarca berciana, que ya había visto cómo se quitaban las compuertas de playas fluviales como las de Villafranca del Bierzo y Molinaseca, donde por primera vez se suspendió la Fiesta del Agua.
En ese sentido, Marín avanzó que las dotaciones de regadío solicitadas por los agricultores del Canal Bajo del Bierzo se verán reducidas a una tercera parte, con el objetivo de “garantizar los usos prioritarios hasta final de año”. Al respecto, el presidente del organismo de gestión del agua aseguró que “el agua para abastecimiento a poblaciones sigue garantizada”. “Hoy es igual que ayer”, explicó Marín en tono tranquilizador.
En esa línea, la Confederación mantendrá los caudales ecológicos de los ríos, con el objetivo de proteger “no sólo a la población sino también al ecosistema”. La reducción a la mitad de ese caudal ecológico podría ser una de las “medidas extraordinarias” adicionales que tome la Junta de Gobierno del organismo en su reunión del próximo 19 de octubre. Entre tanto, se comunicará a los ayuntamientos que inicien medidas de ahorro, consistentes en la reducción de las presiones nocturnas, de los baldeos de calles y del riego de jardines.
El año más seco de la historia
Según explicó Marín, el año hidrológico que se cerró el pasado 30 de septiembre ha sido “el año más seco de la historia” desde que se dispone de datos fiables. Los datos de precipitaciones en la demarcación se sitúan un 40 por ciento por debajo de la media, frente a la reducción del 14 por ciento que se ha dado a nivel nacional. Eso significa que las lluvias en toda el área gestionada por la Miño-Sil alcanzaron sólo los 670 litros por metro cuadrado, frente a los más de 1.100 de media.
En cuanto al nivel de agua embalsada, los pantanos de la Confederación Miño-Sil se encuentran al 44,5 por ciento de sus 3.000 hectómetros cúbicos de capacidad. El año pasado, a estas alturas, la cifra alcanzaba el 61 por ciento y la media histórica es del 57 por ciento.