¿El Santo Grial siempre estuvo en León como el Cáliz de Doña Urraca?... Cuando periodismo y literatura 'se venden'

La obra 'Los reyes del Grial concluye que la copa de la que bebió Jesucristo en la Última Cena es una de las joyas del museo leonés, y que así lo confirma la prueba del carbono 14. Así lo recoge este domingo Diario de León como noticia de portada...

Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
23 de Marzo de 2014
Actualizado: 18 de Octubre de 2014 a las 00:00
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La reliquia más importante de la cristiandad, el Santo Grial lleva un milenio en la basílica de San Isidoro de la capital, tras recorrer más de 5.000 kilómetros en un arriesgado viaje. Es la conclusión que se desprende de la investigación que se refleja en la obra 'Los reyes del Grial' de la historiadora leonesa Margarita Torres y que recoge en su edición de este domingo Diario de León como noticia de portada; mezcolanza de información y novela sin discernir bien ni la naturaliza, ni el objeto, ni los límites entre una dimensión comunicativa y otra.

El reportaje resume el trabajo que concluye que la copa de la que bebió Jesucristo en la Última Cena es una de las joyas del museo leonés, donde siempre ha estado a la vista y, sin embargo, ha pasado ‘desapercibida’ como el cáliz de doña Urraca, un objeto admirado por sus gemas preciosas y el espléndido trabajo de orfebrería.

La prueba del carbono 14, según destaca la publicación, confirmó que es coetáneo de la época de Cristo y la investigación histórica liderada por Torres resolvería ahora el considerado uno de los mayores enigmas de la Humanidad. La biblioteca cairota de la Universidad de Al-Azhar, fundada en el año 975 y convertida en un gran centro de conocimiento por el sultán Saladino, albergaba el secreto que durante siglos historiadores, fanáticos de la religión y escritores han tratado de desentrañar sin éxito y que ahora podría ser resuelto, según destaca hoy en portada el periódico.

El origen de la investigación está en una casualidad que hizo que la medievalista leonesa Margarita Torres Sevilla, junto al historiador del Arte José Miguel Ortega del Río, conocieran la existencia de unos raros pergaminos conservados en El Cairo. Además, cuando la también cronista de la ciudad de León ‘barrió’ San Isidoro hace cuatro años con un georradar en busca de las construcciones que se esconden bajo los cimientos, le llamó la atención un arca egipcia con una inscripción que, como se cercioró entonces, no había sido bien traducida. Las primeras pesquisas llevaron a los dos investigadores hasta Egipto, donde consultaron con expertos sobre esta enigmática caja de plata expuesta al público en la ‘sala de los tesoros’ de la colegiata y que menciona a un emir del siglo XI.