La muerte del niño en el Sil reabre las críticas a las presas bajas, trampas demostradas en los ríos

El accidente en el río Sil a su paso por Ponferrada, que costó la vida a un menor, ha provocado que la Asociación AEPIRA (piragüismo y uso recreativo del agua) recuerde que estas presas antiguas dejan accesible una "trampa" porque el 'rebufo' impide salir del azud

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Fundador, CEO de InfoBierzo e InfoLeon
05 de Abril de 2016
Actualizado: 11 de Abril de 2016 a las 11:14
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El accidente hace días en el río Sil a su paso por Ponferrada, que costó la vida a un menor de edad al ir a buscar un balón, ha reabierto el debate sobre la existencia de las presas bajas en los cauces. La Asociación AEPIRA (piragüismo y uso recreativo del agua) recuerde que estas presas antiguas dejan accesible una "trampa" porque el 'rebufo' impide salir del azud.

 



El pasado miércoles 30 de marzo el joven Alexandru C.S fallecía a sus 15 años ahogado en las aguas del Sil, junto al Puente del Ferrocarril, cuando se lanzó a buscar una pelota que flotaba en el cauce. El terrible suceso, que conmocionó a la capital del Bierzo, ha puesto de relieve los peligros de las presas bajas en los ríos. Una existencia que pudo contribuir al deceso del menor en el principal río berciano.

La asociación Aepira -Asociación en Defenda del Piragüismo y usos recreativos del agua- ha advertido en un comunicado tras el suceso mortal de Ponferrada de los peligros de las presas bajas en los cauces. Estas presas de baja altura, normalmente de menos de tres metros, "pueden considerarse auténticas trampas mortales", explican desde la entidad, que recuerdan como hace unos años un bombero falleció en una en el cauce del río Duero. La existencia de estas presas es bastante habitual en muchos de los ríos de la provincia de control, ya que su uso fue habitual para regular zonas del cauce hace varias décadas

Las presas bajas forman en su base, explica didácticamente Aepira, lo que los piragüistas llaman un "rebufo", o, técnicamente, un resalto hidráulico, en el que el agua recircula hacia aguas arriba. La explicación de que sean una trampa mortal radica en que "en este tipo de presas la extensión y uniformidad de este rebufo, unido a la desorientación provocada por la turbulencia, la hipotermia, los golpes que puedan recibirse y la incapacidad de escapar de ellas nadando en superficie se combinan para crear una trampa mortal, incluso para buenos nadadores, aunque estén equipados con chaleco de flotación". La simetría del diseño de estas presas hace que el rebufo no se rompa por ningún lado, impidiendo el escape si se queda atrapado en él.

Aepira advierte que salvo colectivos familiarizados con los rebufos (como son los piragüistas de aguas bravas o los barranquistas) el resto de usuarios suele desconocer los riesgos de las presas bajas, como bañistas, pescadores o ciudadanos normales. Estas presas bajas suelen estar situadas en tramos apacibles de los ríos, además de no estar señalizadas, lo que puede contribuir a que sean percibidas como no peligrosas cuando en cierto caudal puede resultar mortales.

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"Las Confederaciones deberían tomar medidas para evitar más accidentes en presas"

La entidad que defiende el uso recreativo de las aguas cree tras este último suceso que "va siendo hora de que las autoridades (en este caso, las Confederaciones Hidrográficas) empiecen a tomar medidas para permitir que el cauce de los ríos sea razonablemente seguro".

Por ello Aepira pide "la eliminación total o parcial del obstáculo, y en caso contrario la incorporación de estructuras y formas de vertedero que disipen energía y reduzcan el resalto, así como la adecuación del obstáculo para su porteo o franqueo seguro por los piragüistas, y en cualquier caso con su señalización para el público en general". Consideran que "no debería admitirse ningún nuevo proyecto de azud o pequeña presa que no incorporara medidas de seguridad y balizamiento, adaptadas al uso lúdico del río". Ponen como ejemplo las medidas adoptadas en el Estado de Ohio en Estados Unidos (donde una web recoge sucesos en los ríos relacionados con estas presas bajas), que debería incluir un "aspecto divulgativo para que la ciudadanía sea consciente del peligro de estas presas aparentemente inocentes también ayudaría a evitar desgracias".

 

Confederación Miño-Sil

Tras el fallecimiento del joven de 15 años la respuesta de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil sobre la seguridad del punto del río del suceso fue de evasivas, descartando una mejora de la protección en ese punto, situado en una zona habitual de baño. Fuentes de la entidad explicaron en declaraciones a Infobierzo que "en Confederación hay muchos ríos con puntos conflictivos, pero la gente los conoce" y que consideraban el punto no es un asunto de su competencia, puesto que "no es la administración hidráulica quien pone cortapisas donde se puede bañar uno o no, de eso se encarga la Consejería de Sanidad".

El organismo que gestiona el río Sil mostraba su "consternación" por el deceso pero veían complicado mejorar la seguridad del río ya que "es algo vivo, algo natural, no podemos ir poniendo barandillas. Los ríos no son para eso y en momentos de crecida puede haber problemas". La polémica sobre la seguridad en los ríos está servida, una vez más, tras una tragedia mortal.


 

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