
La producción micológica de otoño en Castilla y León se reducirá hasta un 20 por ciento de un año medio, y esto siempre y cuando en los próximos días se registre una recuperación si se dan las condiciones par la fructificación de los hongos, según avanzó a Ical el director científico del Programa de Micología de Castilla y León (Micocyl), Fernando Martínez Peña, quien recalcó que todavía es pronto para dar por finalizada la campaña. No obstante, “las probabilidades de que se recupere la campaña son bajas”, apostilló.
Según los datos de la Agencia Estatal de Meteorología, en los próximos siete días podría llover, si bien las temperaturas bajarán, llegando a registrarse grados bajo cero en algunas jornadas. Estas condiciones podrían afectar a algunas especies, especialmente las más termófilas. No obstante, dadas las fechas, se trata de un episodio típico del mes de noviembre.
En general, la cosecha ha sido mala en toda Castilla y León, salvo en zonas puntuales limítrofes con la Cordillera Cantábrica y zonas altas de montaña, donde las precipitaciones tardías de las últimas semanas han sido más abundantes y las setas están naciendo. Existen “pocas” probabilidades de recolectar en la región, pero que todo dependerá de lo que tarden en llegar las heladas fuertes y frecuentes, precisó Martínez Peña.
El experto recordó que esta mala campaña micológica no ha sido la única que ha sufrido Castilla y León. En los últimos 21 años ha habido campañas de baja producción, ocasionadas por episodios de sequía o por fuertes heladas. En concreto 1995, 2004 y 2005 fueron años de mala producción, sobre todo en Soria.
Pese al escenario actual, es previsible que la producción de la trufa se salve, al tener un ciclo biológico más largo y complejo, condicionado por la meteorología desde la primavera al invierno. Además, una parte importante de la producción se genera en plantaciones que disponen de sistemas de riego, por lo que se ven menos afectadas por la sequía, concluyó el experto.