El diputado de Relaciones Institucionales de la Real Hermandad Jesús Nazareno de Ponferrada, Fernando Fra, en la ermita del Carmen dónde nació la hermandad en el siglo XVIIBajo la bóveda que hoy preside un contemporáneo Pantocrátor rodeado de los hitos que marcan el paso del Camino en el Bierzo y al resguardo de los fuertes muros que aún conserva la capilla del Carmen, siglos atrás celebrarían sus primeros cabildos los miembros fundadores de la ahora Real Hermandad de Jesús Nazareno, la más antigua y con más tradición de Ponferrada. En este pequeño templo hunde sus raíces la tradición nazarena en la capital berciana, como origen de esta cofradía y cuya fecha exacta de fundación es todavía una incógnita.
Su mayordomo, Marco Antonio Morala, señala que se puede fijar su nacimiento en torno a la primera década del siglo XVII, dada la existencia de algunos testamentos en el Archivo Histórico Provincial de León que ya hacen referencia a la hermandad en torno a 1650, y de un libro de actas y cuentas abierto un Domingo de Ramos de 1770 y que ya hace referencia en esa primera entrada a la existencia de un libro anterior -que no ha sido encontrado-.
“La Hermandad de Jesús Nazareno era muy rica, con fincas que cedía para recaudar dinero, hay muchos documentos de institución de censos a finales del siglo XVII, con lo que significa que tenía que tener un desarrollo de muchos años para haber reunido toda esa riqueza, que después desaparece con la desamortización”, cuenta Morala. Sin una fecha concreta, lo que si está claro es su vinculación con esta capilla 'extramuros', ubicada en pleno Camino de Santiago y levantada fruto de la devoción por la virgen del Carmen de un matrimonio de mercaderes ponferradinos.
El que fuera mayordomo durante nueve años y ahora diputado de Relaciones Institucionales, Fernando Fra, destaca los lazos que unen a la hermandad con este lugar, que durante cientos de años guardó sus imágenes más preciadas, como las tallas originales de Jesús Nazareno, Nuestra Señora de la Soledad o San Juanín, y fue lugar de partida de su procesión más importante, la que desde tiempo inmemorial despierta a la ciudad con el sonido de clarines y timbales convocando a los hermanos para acompañar el recorrido y asistir al Encuentro.
“De aquí partía la procesión del Encuentro, que es la más antigua y con la que empezó la hermandad”, cuenta Fra, que a las puertas de la capilla señala la cruz de piedra “donde entonces el mayordomo y el corregidor de la villa pasaban lista a los cofrades el día de Viernes Santo, antes de salir la procesión”. Durante dos siglos, la iglesia del Carmen era su sede y en ella se celebraban sus cabildos, como demuestra el libro de actas y cuentas más antiguo que se conserva, que en su primer registro empieza “citando en la ermita de Nuestra Señora del Carmen extramuros de la villa de Ponferrada feligresía de San Andrés a ocho días del mes de abril de mil setecientos y setenta años...”.
Capilla del Carmen de Ponferrada, donde nació la Real Hermandad de Jesús NazarenoLa 'francesada', traslado forzoso
Precisamente, ese libro también recoge uno de los principales reveses que sufrió la Real Hermandad de Jesús Nazareno, como consecuencia de la invasión francesa de 1808. “La hermandad estuvo en este lugar unos dos siglos, hasta 1808, cuando con motivo de la invasión de los franceses tienen que dejar el lugar y su cabildo no vuelve a reunirse en cinco años, hasta 1814”, cuenta Fernando Fra, que explica que entraron en el templo, donde destrozaron todo y se llevaron los pasos. “El San Juanín, el Nazareno y la Soledad desaparecen”, apostilla el hermano, que explica que es entonces cuando se produce el traslado “forzoso” a la iglesia de San Andrés.
Durante cinco años no hay ninguna entrada en el libro de actas, hasta que el 3 de abril de 1814 se registra una nueva reunión del cabildo, ya en la parroquia de San Andrés, “a causa de hallarse la ermita de Nuestra Señora del Carmen indecente, donde se acostumbraba a celebrar los cabildos de nuestra cofradía, por la invasión de los enemigos franceses y por espacio de cinco años han impedido celebrarse”. Y es que, cuenta Fra, cuando los miembros de la cofradía regresaron a la capilla se la encontraron destruida y llena de porquería, como “una auténtica cuadra”, y obliga a celebrar sus reuniones en San Andrés, que sigue siendo su sede actual, aunque sus cabildos desde hace algún tiempo se celebran en la basílica de la Encina por una cuestión de espacio.
La 'francesada' a punto estuvo de poner fin a la hermandad, que sufriría después un nuevo revés con la desamortización, que la dejaría sin la riqueza y sin las posesiones que había acumulado durante siglos. “Estuvo a punto de desaparecer”, apostilla Fra, que recuerda que se queda sin los bienes que tenía y los censos, con préstamos desde la zona de Villaverde de los Cestos y Bembibre a Sobradelo. “Otras si desaparecieron tras la desamortización como las cofradías de la Veracruz o Santa Lucía”, puntualiza, y alguno sus pasos y procesiones han ido integrándose en la Real Hermandad de Jesús Nazareno.
Primer libro de actas de la Real Hermandad de Jesús Nazareno de PonferradaLos nombres de la hermandad
Esos antiguos libros de actas son también historia de la ciudad y sus páginas están llenas de los nombres y las firmas de hombres ilustres de la Ponferrada de siglos atrás. Desde el nombre del primer mayordomo que figura en el cabildo de 1770, José de Castro, al de Mariano Arias, quien ostentaba el cargo cuando deja de escribirse en los años 20. “Entendemos que empezó a realizarse otro modo de registro”, apostilla Fra, que destaca a personajes históricos como Isidro Rueda o Mateo Garza.
Tanto para este diputado de la Real Hermandad, como para su mayordomo, la figura de Isidro Rueda -que llegó a ser alcalde- fue decisiva para la supervivencia de la cofradía tras la desamortización, con el establecimiento de cuotas y el trabajo para que recuperara su tradición. Se encargan una nuevas imágenes de Jesús Nazareno y La Soledad -en los años 1855 y 1854, obra del ponferradino Manuel Félix, con taller en Madrid-. Y es que tras la pérdida de las imágenes tras la invasión francesa, relata Fra, se había salido del paso “con las tallas que hicieron unos carpinteros deprisa y corriendo para poder seguir” -de esa época es el actual San Juanín, hecha en 1814 por Manuel 'El tallista'-.
Fue Isidro Rueda también quien impulsó la construcción del cementerio anexo a la capilla del Carmen, solicitando ayuda a la hermandad y a los pocos fondos que tenía, y el Cristo de la Esperanza que sigue procesionando era el que presidió durante años -dentro de una hornacina- ese camposanto. “Cuando se trasladó el cementerio a Montearenas y se cerró la iglesia al culto, no ibamos a dejar al Cristo a la intemperie en medio del campo”, cuenta el diputado. Tras muchas visicitudes, la capilla del Carmen dejó de ser la capilla de los nazarenos para ser ahora la capilla de los peregrinos, con la construcción del albergue a su lado.
En las páginas de ese primer libro se ve la evolución de los maravedíes a los reales y a las pesetas, los sellos de los distintos reyes que gobernaron España, como Carlos IV, o los apellidos de algunas familias históricamente ligadas a esta hermandad. “Hasta figura el hermano de Gil y Carrasco y la familia Gil Robles”, detalla Fra, cuyo apellido precisamente está ligado a una de esas familias que llevan en la sangre la pasión por la Semana Santa. Así, la Hermandad de Jesús Nazareno sigue construyendo historia para la ciudad, en los últimos años con la incorporación de nuevas imágenes y procesiones que buscan ahondar en la tradición nazarena, el logro del reconocimiento como fiesta de Interés Turístico Nacional y el título de 'Real' para su cofradía.
