La lluvia riega os Maios en Villafranca del Bierzo para 'levantar' la primavera al son más ancestral

Las calles de Villafranca del Bierzo volvieron a reverdecer este 1 de mayo con las ‘cañaveiras’ y las flores que visten la tradición ancestral de los Maios, en una festividad declarada de interés turístico provincial con la que la villa del Burbia da la bienvenida a un nuevo ciclo de la naturaleza. Decenas de personas transformadas en ‘árboles andantes’ se reunieron en la plaza Mayor para tumbarse en el suelo y levantarse al unísono, en una imagen que representa la vuelta a la vida tras el duro invierno.

La fiesta arrancó a primera hora de la mañana, cuando los vecinos de cada barrio de la villa se dieron cita para cortar las ‘cañaveiras’, flores y otros adornos vegetales que visten al Maio.

Con la salida del sol, los jóvenes maios se empezaron a vestir con las “cañaveiras” en las zonas habituales de O campo da Galiña, As Veigas Altas, O Socubo y A Cábila, para dar después 'paso' a las calles de la villa pidiendo castañas maias a los pies de los balcones, de puerta en puerta, cantando a los maios al son de las coplas tradicionales y la antigua melodía siempre con el sonido de la gaita en el aire.

En ese sentido, el Maio debe permanecer lo más rígido posible, con los brazos y las manos atadas al cuerpo. Las cuerdas que sostienen sus ropajes naturales sólo les dejan libres de rodillas hacia abajo, para que puedan andar con pequeños pasos. Además, uno de los detalles más importantes para respetar el espíritu ancestral de la fiesta es que quien se vista de Maio no pueda ser reconocido. Por ello, se recomienda que lleven el rostro cubierto como si portaran una máscara, con los ojos como la única parte que queda al descubierto, para que puedan ver por donde caminan.

Una vez convertidos en árboles andantes, los Maios se desplazaron por las calles de la villa cantando canciones bajo los balcones para pedir castañas, caramelos o monedas.  Si el vecino es generoso, los Maios le cantan una copla de agradecimiento a las “doncellas” y “cabaleiros y si no arroja nada, se reprocha con otra tonada popular. a las “roñosas” o “zampostas”.

El momento culminante de la celebración llegó al mediodía, cuando todos los Maios se reunieron en la plaza Mayor para estirarse en el suelo, a la espera de la canción que los despierte. “Levántate maio, bastante durmiche, pasou un burro e non o sentiche”, es la fórmula utilizada para hacer que los árboles se alcen para representar la entrada triunfal de un nuevo ciclo natural productivo.

Los versos hacen referencia al Burro de Invierno, una figura que simboliza las preocupaciones asociadas a los fríos invernales, que se quema el día anterior para simbolizar la purificación y el fin de la etapa más dura del año. Con la colaboración del Ayuntamiento, las juntas vecinales del municipio y el Instituto Leonés de Cultura (ILC), los actos por la festividad de los Maios arrancaron en la noche del martes.

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