El PSOE y Sumar han alcanzado un acuerdo programático este martes para un nuevo gobierno de coalición que incluye la reducción de la jornada laboral sin bajada de sueldo a 37,5 horas semanales en 2024. Esta reducción se hará por decisión del Ejecutivo y la progresiva reducción de la jornada laboral hasta las 32 horas semanales, que es el objetivo de los sindicatos, se realizaría en el marco de la negociación colectiva.
El texto incluye finalmente la reducción de la jornada laboral “sin reducción salarial”, que será hasta las 37,5 horas, según fuentes de la negociación. Este es el asunto que costó más cerrar, y es el hito del acuerdo. Finalmente, se ha alcanzado un equilibrio que implica que será por ley, pero gradual. En 2024 se bajará de las 40 horas semanales actuales a 38,5, y en 2025 a 37,5. Ambas reformas se harán por ley, con un cambio en el Estatuto de los Trabajadores, y a partir de ahí sí dependerá ya de la negociación colectiva.
Pero, ¿Cómo puedes saber si la medida te va a afectar? El factor a tener en cuenta no es cuántas horas trabajas ahora a la semana, sino cuántas especifica tu convenio colectivo. No obstante, ya hay algunos que recogen jornadas de 37,5 horas o incluso menos: estos convenios con jornadas más cortas son, por ejemplo, habituales en el sector financiero, con un 89% de los empleados por debajo de las 37,5 horas, o en el educativo, con un 61%. Su situación contrasta con la de la hostelería o la agricultura, donde solo un 1% de los trabajadores tiene una jornada inferior a las 37,5 horas.
La estadística clave para analizar las jornadas pactadas es la de convenios colectivos que publica el Ministerio de Trabajo. No da una imagen completa de todos los trabajadores, sino solo de aquellos cuyas condiciones están regidas por convenios con efectos económicos conocidos y registrados en el periodo de referencia. Pero sí es una muestra importante: por ejemplo, el dato a septiembre de 2023 muestra las circunstancias de 9,5 millones de trabajadores, cuando el total de asalariados es de 17,8 millones. Cabe tener en cuenta un sesgo importante: estos convenios normalmente están bajo el paraguas de la negociación colectiva, así que es normal que sus condiciones sean algo mejores que las del resto de asalariados. Los especialistas suelen reconocer que esta estadística está afectada por algunas debilidades.
El registro del Ministerio de Trabajo especifica que el 58,3% de los empleados están regidos por jornadas superiores a 38,5 horas. Por tanto, estos, estarían beneficiados por la medida pactada por el PSOE y Sumar, al igual que una parte del 29,8% cuya jornada pactada se establece de 37,5 a 38,5 horas. Solo el 11,9% trabaja con jornadas inferiores a 37,5 horas, según esta estadística. En total, según Trabajo, el 83,3% de los empleados asalariados (12 millones de personas) se vería beneficiado de una reducción de la jornada a 37,5 horas semanales.
Los convenios de empresa, aquellos acordados entre los comités y la dirección de la compañía, suelen recoger jornadas pactadas más cortas que el global de la estadística, que recoge muchos convenios sectoriales a nivel provincial, autonómico o estatal en los que los trabajadores tienen menos fuerza. Las empresas pequeñas toman habitualmente como referencia esos convenios de ámbito superior. En el escenario de los convenios de empresa, el 45% de los trabajadores están regidos por jornadas inferiores a las 37,5 horas, frente al 11,9% para el común de los convenios.
En cambio entre los grandes empleadores españoles hay varios ejemplos de jornadas por debajo de las 40 horas semanales. El caso más conocido es el del sector público: tres millones de trabajadores que por norma general disfrutan de una jornada pactada de 37,5 horas. El sindicato específico de la función pública, CSIF, ya reclama que para estos empleados la jornada se reduzca a 35 horas.
De la misma forma que los incrementos del salario mínimo tienden a elevar el resto de retribuciones, es previsible que la contracción del tiempo de trabajo en el Estatuto de los Trabajadores, si finalmente se produce, sirva para reducir la jornada laboral en empresas que ya aplican 37,5 horas. Son compañías que ya reconocen ahora más derechos a sus empleados que la legislación general, un argumento que pueden esgrimir los comités para profundizar en esa política.
