Los integrantes de la M.O.D.A no fueron los únicos protagonistas del concierto que ofrecieron en junio de 2023 en Burgos. En plenas fiestas de Sampedros, la intérprete de signos Conchita García se ganó el cariño de todos los burgaleses —y fanáticos desplazados desde otras provincias— en lo que sería el último concierto que la banda burgalesa ofrecía en su ciudad natal antes del parón. Al grito de ‘¡Conchita, Conchita!’ y elevando sus manos en un aplauso silencioso, los asistentes agradecieron a la intérprete su labor.
Y no era para menos. Subida en una plataforma junto al escenario, García interpretó con emoción cada canción del septeto burgalés. Repitió la experiencia meses después en el WiZink Center de Madrid, durante el concierto de despedida de la banda, donde volvieron a corear su nombre.
García reconoce, como burgalesa, el cariño especial que tiene a la M.O.D.A., sin embargo, no han sido los únicos artistas que han querido acercar su música a las personas sordas contando con Conchita. Sidonie y los festivales Tribu e In Festival también lo han hecho.
El papel de García como intérprete de canciones comenzó en su Instagram, donde comparte vídeos de canciones de artistas conocidos. “Con este proyecto quería aunar las dos cosas que más me gustan: la música y la lengua de signos”, señala García, buscando así “derribar mitos sobre las personas sordas y la música”.
Desde 2019, su trabajo le ha otorgado un gran éxito. Su nombre llegó a artistas como Rozalén y su intérprete Beatriz, quienes han contado con ella en varias ocasiones. Ha participado en el festival Leturalma de Rozalén, quien según García “ha abierto un gran camino y nos ha dado oportunidades a muchas de las que vamos detrás”.
García, con más de 20 años de experiencia como intérprete, trabaja también en la Asociación de Familias de Personas Sordas de Burgos (Aransbur) en el área de sensibilización.
Desde Aransbur, ofrece talleres en centros educativos, cursos de lengua de signos en la universidad y centros cívicos, además de cursos para familiares de niños sordos. También se encarga de servicios de interpretación, que a veces son “más administrativos” y otras requieren “echar una mano en servicios laborales o culturales”.
Avances y mejoras
García explica cómo ha cambiado el perfil de personas sordas con los años: “La mayoría de los niños llevan implante coclear”, comenta. Las nuevas tecnologías han mejorado la calidad de vida, con bucles magnéticos o subtítulos. “Hace 50 años, mis compañeras vivieron experiencias educativas muy distintas”, agrega García.
Recuerda que entonces la lengua de signos estaba prohibida en colegios y que “no podían signar, porque les obligaban a oralizar”, lamenta. Ahora, la lengua de signos “está de moda”, y reciben muchas peticiones para aprenderla.
Sin embargo, pese a los avances en sensibilización y en accesibilidad en eventos culturales con intérpretes o subtítulos, aún queda mucho por hacer.
“Ahora hay que dar el siguiente paso”, apunta García. Si un festival tiene intérprete de signos, debería colocarse en el escenario o en una plataforma cercana, lo mismo con el subtitulado, que debe incluir las intervenciones habladas entre canciones, “Hay que cuidarlo, porque las personas sordas también quieren enterarse”, recalca. Para ello, es necesario colaborar con entidades como Aransbur, referente en Burgos y Castilla y León en trabajo con personas sordas.
Además de eventos culturales, otras áreas como profesores, policías, médicos o enfermeros deberían tener unos “conocimientos mínimos” de lengua de signos y accesibilidad, ya que trabajan en ámbitos o con colectivos “muy sensibles”.
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