J.A. Bayona se coronó este sábado en Valladolid como el gran triunfador de la 38 ceremonia de los Premios Goya, convirtiendo en estatuillas doce de las trece nominaciones con que contaba ‘La sociedad de la nieve’. Se trata, como subrayó, de una película que lleva acumulados 150 millones de espectadores en todo el mundo habiendo sido “hecha en España y en español”, y la convirtió en el tercer film con más Goyas de toda la historia de los galardones, solo por detrás de los 14 de ‘Mar adentro’ de Amenábar y los 13 que había conquistado Saura con ‘¡Ay, Carmela!’. Con tres Goyas se tuvo que conformar la que partía como favorita de la noche, ‘20.000 especie de abejas’, de la debutante Estíbaliz Urresola, que se alzó con los Goyas a mejor dirección novel, guion original y mejor actriz de reparto; mientras que Pablo Berger se llevó las estatuillas a mejor película de animación y guion adaptado por ‘Robot dreams’.
'La sociedad de la nieve la gran triunfadora'
La noche arrancó fuerte para Bayona, cuyo trabajo conquistó los diez primeros Goyas a los que era candidato. Con las lágrimas a punto de desbordarle en un crescendo constante, el barcelonés vio cómo se iban sucediendo los galardones al mejor diseño de vestuario, efectos especiales, maquillaje y peluquería, actor revelación (este para el joven argentino Matías Recalt, que recordó la “difícil situación” que vive su país tras el ascenso al poder de Milei), montaje, dirección de fotografía (Pedro Luque rememoró el consejo de un maestro de su colegio: “Subir una montaña cuesta mucho, pero la vista es mucho más linda desde arriba”), sonido, dirección de producción (este último, privando del ‘cabezón’ a la leonesa María José Díaz por su labor en ‘Cerrar los ojos’) y música.
El 'zasca' de Almodóvar a García-Gallardo
El cineasta Pedro Almodóvar respondió en los Goya al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo, que el pasado viernes tildó de “señoritos” a “los que quieren vivir de producir obras cinematográficas que no ve nadie, a costa de millones de euros que pagan con mucho esfuerzo los contribuyentes españoles”.
“Un político presente en esta sala” -aseguró Almodóvar instantes antes de anunciar que ‘La sociedad de la nieve’ se alzaba con el Goya a la mejor película del año- “habló de nosotros como los señoritos que recogen las subvenciones para después hacer películas muy malas que no interesan a nadie”, señaló mientras el auditorio le dedicaba sonoros silbidos y algunos abucheos al destinatario de su mensaje.
“Le diré lo obvio”, prosiguió: “El dinero que los cineastas recibimos como anticipo lo devolvemos con creces al Estado”. “Que nos oiga”, continuó mientras el realizador de la gala enfocaba al líder autonómico de Vox, “lo devolvemos a través de nuestros impuestos y Seguridad Social, además de crear miles de puestos de trabajo”; remachó antes de ceder la palabra a Penélope Cruz, para que confirmara que la película de Bayona era la gran triunfadora de esta edición.
El tributo a Concha Velasco
Ana Belén fue la responsable de rendir el anunciado tributo de la Academia de Cine a la vallisoletana Concha Velasco, inmediatamente después de que José Sacristán anunciara el Goya de Honor para Juan Mariné. Encadenando con imágenes de la vallisoletana cantando ‘La chica yeyé’, la actriz y cantante aseguró que la vallisoletana “siempre ha sido” uno de sus principales “referentes”.
“Trabajar de cara a los demás nos hace estar en primera línea, cada película sirve para que el público reflexione, y si a veces están reacios, nuestro arte se lo facilita”; apuntó Ana Belén citando a la vallisoletana, para enlazar con una reflexión propia: “El cine es un reflejo de la sociedad que vivimos, nos ayuda a entender otras realidades. Historias que deben ser contadas nunca nos van a faltar. En medio del dolor que están provocando estas guerras, de la desigualdad, de la crispación, nuestro cine abre una ventana y nos permite ver el mundo con otros ojos”, señaló antes de advertir de que “lo que no se cuenta, no existe”.
En un guiño del guion, Ana Belén pasó entonces a recodar a la muchachita de Valladolid citando una ristra de los títulos de las películas que protagonizó, con las que se ganó el corazón de los españoles: “Ella me enseñó que, si ‘quiero ser artista’, debo luchar por ello. Aunque a veces sea un ‘tormento’ y me den ganas de gritar ‘Pim, pam, pum... ¡fuego!’, para luego encomendarme a ‘Santa Teresa’. Cada vez que he tenido un bajón he revisado sus trabajos y me he vuelto a ilusionar como una niña, con la misma vitalidad que ‘una chica yeyé’”.
Acto seguido, la música ganó protagonismo y Ana Belén comenzó a cantar ‘Mamá, quiero ser artista’, y a los coros se incorporaron los Javis, a pecho descubierto, mientras el escenario se iluminaba con coloridos tonos pop y uno de los hijos de Concha, Manuel Martín Velasco, aplaudía desde la platea.
La actriz, que falleció el pasado 2 de diciembre, dejó una huella imborrable en varias generaciones de españoles, con más de un centenar de películas en su haber, más de treinta obras teatrales y papeles inolvidables también en televisión, como los de Teresa de Jesús en la serie de Josefina Molina o la Carmen Orozco de ‘Herederos’. Goya de Honor en 2012, la Academia de Cine quiso tener una especial despedida con ella con este número musical en la ciudad que vio nacer a Concha VElasco el 29 de noviembre de 1939.
La ciudad brindó su último adiós a la inolvidable actriz el pasado 3 de diciembre, un día después de su fallecimiento, cuando miles de vallisoletanos salieron a las calles para despedirse de la intérprete, antes de que la catedral acogiera su funeral y de que sus restos se depositaran en el panteón de Personajes Ilustres del cementerio de El Carmen, donde reposan junto a los de Miguel Delibes, José Zorrilla o Rosa Chacel, entre otros.