Todo apunta a que la investigación preventiva ayudará a torcer la curva del cáncer de mama en Castilla y León, que a diferencia de otros tumores verá bajar su tasa de incidencia en los próximos años en la Comunidad, de forma paralela a lo que ocurrirá en el conjunto de España.
Las previsiones arrojan una tasa de incidencia de 159 casos por cada 100.000 habitantes en la Comunidad en 2025, que irán cayendo a cuentagotas, hasta los 151 casos en 25 años. En el conjunto del país, la cifra se contraerá diez puntos, al evolucionar de 145 a 135 casos.
Así lo ponen de manifiesto los datos del Observatorio de la Asociación Española contra el Cáncer, consultados por Ical, que arrojan que el cáncer de mama seguirá siendo el más frecuente entre las mujeres, pero se domará. Será de los pocos.
El segundo en incidencia entre las mujeres, el colorrectal, subirá de 81 a 104 casos nuevos por 100.000 mujeres, a un ritmo de 3,4 puntos de media anual hasta 2050. Por su parte, el de pulmón, que previsiblemente alcanzará su pico en 2045, con 46 casos, llegará a 45 en 25 años; mientras que el de útero, el cuarto en incidencia, crecerá tres puntos, hasta los 36.
Para el conjunto de tumores, la proyección del Observatorio arroja que los nuevos casos de cáncer en mujeres pasarán de 594 casos en 2025 a 675, por debajo de la evolución de los hombres, que van de 738 a 889 casos. En España, la previsión es que el cáncer en mujeres evolucione de 505 a 557 casos, de 705 a 877 en hombres.
En busca de nuevas mutaciones
En el caso concreto del cáncer de mama, uno de los agentes que contendrá el crecimiento será la investigación preventiva, que podrá seguir domándola en función de los avances y, también, de la inversión para reducir las cifras de pacientes con cáncer de mama hereditario. Entre el 5 y el 10 por ciento de los tumores se consideran de tipo hereditario.
“Lo que se hereda es una mutación, un cambio en el ADN, que hace que una familia tenga más riesgo de desarrollar un cáncer, generalmente a edades tempranas. El problema que tienen estas familias es que no se detecta esa mutación causante de la enfermedad”, explica a Ical la doctora Lara Sanoguera Miralles, investigadora en el Grupo de Splicing y susceptibilidad al Cáncer del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM) de Valladolid. Sanoguera corrobora que el descenso o la contención de las tasas de incidencia se debe, en parte, a estas investigaciones preventivas.
Lara Sanoguera ha sido becada por la Asociación Española contra el Cáncer de Valladolid, y su investigación ya está publicada en bases de datos públicas, estimando que beneficiará a unas 300 familias con cáncer de mama hereditario en todo el mundo.
Sanoguera ha rastreado dos genes de predisposición a cáncer de mama, CHEK2 y RAD51C, e identificado 64 mutaciones que impiden el splicing de estos genes, lo que puede suponer el origen de un cáncer de mama. El splicing es un mecanismo que resume la información contenida en los genes, eliminando las partes menos importantes y enlazando las esenciales.
Sanoguera explica que “cualquier cambio en la secuencia de ADN de un gen que impida a la maquinaria de splicing separar lo esencial puede dar lugar a mensajes incorrectos, lo que puede iniciar una enfermedad genética, como un cáncer de mama”.
Radiografía del cáncer
En la actualidad, en Castilla y León, este tipo de tumor aparece en la población de entre 35 y 80 años, siendo la franja de 45-65 la de mayor incidencia. Al cierre de 2023, los nuevos casos por cada 100.000 habitantes alcanzaron su pico entre los 65 y 96 años.
Si se analizan los datos por provincias, Zamora tuvo la mayor tasa en el último año, 169 casos, por encima de la media autonómica de 158 casos. También superaron esta media León (165 casos), Palencia (161), Ávila y Salamanca (159 en ambos casos). Por debajo, estuvieron Segovia (150), Soria (152), Burgos (154) y Valladolid (155).
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