La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio destinará tres millones de euros para la mejora del hábitat del oso pardo mediante tratamientos selvícolas y desbroces y la defensa contra incendios forestales de masas arboladas de alto valor ecológico para la pervivencia del plantígrado.
Se trata de una de las principales medidas que el departamento que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones llevará a cabo en los próximos meses para la mejora del estado de conservación de las poblaciones de oso pardo en las zonas de la Comunidad en las que está afianzado, como son la Cordillera Cantábrica en León y Palencia, además de áreas puntuales del Bierzo y la provincia de Burgos, e incluso en la comarca zamorana de Sanabria.
Fuentes de la Dirección General del Medio Natural de la Consejería explicaron a Ical que el oso es una especie “fundamentalmente muy forestal y muy generalista”, con lo que la medida más relevante es proteger de los incendios su hábitat natural, porque “aprovecha los recursos que el monte le aporta durante el año, como cerezas, pudio, frutos secos, etc., y en definitiva toda la orla forestal y supraforestal de bosque de coníferas, donde sale el arándano, y los frutos secos en hayedos”. “Lo mejor que le puede pasar al oso es que los montes no se quemen y defenderlos como lugares de refugio”, sostienen las mismas fuentes.
Otra medida en favor del plantígrado es desarrollar tratamientos selvícolas para mejorar la frutificación de estas zonas, con el fin de favorecer la puesta en luz de las copas de robles y hayedos o reducir densidades en plantaciones de pinar, políticas que se financiarán con fondos Next Generation.
Además, se prevé desarrollar un plan de captura y radiomarcaje de los animales, así como medidas de “condicionamiento negativo” en la aproximación a entornos urbanos, dados los cada vez más habituales paseos de los osos a determinados pueblos. En este sentido, para favorecer la coexistencia con humanos, desde hace dos años la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha un plan de radiomarcaje en osos que “no tienen por qué estar habituados, pero bajan a alimentarse a huertas y frutales en corrales”. Lo que se hace, mediante cuadrillas y la Patrulla Oso, es ahuyentarles con el uso de munición de goma no letal, que son bolas de caucho, las cuales les “aplican un dolor que ellos asocian al recurso del que se está alimentando y les enseña a no volver”.
Para ello, los agentes medioambientales pueden realizar este trabajo con un procedimiento de avistamiento, mediante avisos de la población al 1-1-2, con el que los trabajadores pueden estar delante del oso en un espacio de entre 10 y 15 minutos tras la llamada. Además, con el radiomarcaje, a veces no existe necesidad de que el oso se adentre en un pueblo, porque “sabemos cuando se encuentra en una zona periurbana, con posibilidades de acceder a núcleo urbano o huertas”.
Aparte, también se plantean subvenciones para la prevención de daños, mediante la instalación de pastores eléctricos y otros, además de acciones compensatorias de daños.
Por último, se encuentra en tramitación el proyecto de mejora del hábitat del oso pardo cantábrico en el término municipal de Villafranca del Bierzo y cinco más en la provincia de León, en el marco del proyecto SUPERB, con un importe de 300.000 euros, como parte de las actuaciones de restauración de la naturaleza del programa H2020.