Los accidentes de tráfico provocados por animales sobrepasaron los 1.700 en la provincia de León el pasado año

Los accidentes de tráfico provocados por animales aumentaron más del doble en las carreteras de Castilla y León desde 2008. Si ese año la Dirección General de Trafico (DGT) contabilizó 4.518 siniestros, el pasado 2018 la cifra se elevó hasta los 9.341 accidentes, que dejaron 129 heridos.

27 de Julio de 2019
Actualizado: 31 de Julio de 2019 a las 19:13
ICAL435459
 

 

Los accidentes de tráfico provocados por animales aumentaron más del doble en las carreteras de Castilla y León desde 2008. Si ese año la Dirección General de Trafico (DGT) contabilizó 4.518 siniestros, el pasado 2018 la cifra se elevó hasta los 9.341 accidentes, que dejaron 129 heridos.

Por provincias, Burgos encabezó la lista con 2.335 accidentes, por delante de León con 1.726, seguido de Soria (1.334), Zamora (1.053) y Palencia (744). Por el otro lado se encuentran Segovia (626), Salamanca (545), Valladolid (541) y Ávila (437), provincias donde menos accidentes provocados por especies cinegéticas y domésticas ocurren.

El pasado año, la DGT no registró accidentes mortales por esta causa en la Comunidad, pero sí contabilizó 101 siniestros con 129 víctimas, de las que tres fueron hospitalizadas.

Por animales, un 51,28 por ciento de los accidentes contabilizados en 2018 estuvieron provocados por corzos (4.790), después fueron los jabalíes, con 2.603 siniestros, seguidos de perros con 558 accidentes, y ciervos con 445 sucesos. Además hubo otros provocados por, zorros, vacas, ovejas o caballos, entre otros animales salvajes y domésticos.

Asimismo, un estudio de Ponle Freno y la Fundación AXA sobre accidentes con animales destacó también que, en 2017, en Castilla y León se produjeron tres de cada diez accidentes, superando así a Galicia y Cataluña, con un 17 y 14 por ciento respectivamente.

El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, explicó que el incremento en los accidentes se debe a una superpoblación de jabalíes, corzos y ciervos, debido a unas condiciones favorables de cría y un sistema de caza insuficiente para el control de las especies. Además, también expuso como otro de los motivos, la suspensión cautelar de la caza del lobo, y otras medidas judiciales que provocan una situación “indeseable”.

Otro de los factores que influye, según Iturmendi, es el incumplimiento de los planes de estudio de impacto medioambiental, que pretenden crear pasos elevados de fauna, porque se realizan en un número muy inferior al que se debería, o directamente no se realizan. El presidente puso de ejemplo países europeos como Alemania, donde sí que se está llevando a cabo esta medida posibilitando así que los animales puedan cruzar las carreteras o vías férreas de forma segura, y evitar accidentes.

 

Peticiones al nuevo gobierno

Iturmendi pidió que el nuevo presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, cumpla con su palabra en el discurso de investidura del pasado 9 de julio, donde propuso la creación de una ley de caza y pesca en un plazo de seis meses, y permita controlar la población de especies, eliminar las trabas burocráticas y se legisle para permitir la caza.

Al mismo tiempo, denunció que los responsables de la seguridad de cada vía, el Estado, la Junta o la Diputación, no están poniendo los medios suficientes para evitar que la siniestralidad aumente. Por ello propone que se señalicen ‘los puntos negros’ y se limite la velocidad de manera considerable en esos tramos.

El presidente de la Federación de Caza se mostró crítico también con los “ecologistas radicales y animalistas” que pretenden que “no se cace”, frente a otros colectivos ecologistas que tratan que la caza sea una herramienta de gestión y control de las especies cinegéticas: “¿cuál es su alternativa?, ¿cómo se controla la población?, no creo que sea apadrinando jabalíes”, denunció Iturmendi.

Fuentes de la Delegación de Gobierno consultadas por la agencia Ical, pusieron de manifiesto, que el incremento en los siniestros provocados por animales se debe principalmente por el aumento de la cabaña cinegética, aunque también influyó el incremento de la circulación en las carreteras en estos últimos años.

La Delegación solicitó que la Junta “cumpla con los planes cinegéticos” puesto que, por su parte, están haciendo lo que está en su mano para atajar el problema con medidas implantadas del Ministerio del Interior y de Fomento. “Desde hace 25 años estamos intentando todo tipo de cosas, algunas experimentales, incluso”, explicaron.

 

Medidas

Entre estas medidas están la instalación de vallas de olor, que a través de olores de oso o humanos pretendían ahuyentar de las carreteras a las especies salvajes; capta-faros, puntos reflectante en el suelo, que con los faros de los vehículos generaban una banda de luz que también alejaba a los animales de la circulación, al igual que señalización vertical de los puntos peligrosos de proliferación de animales.

Otra de las medidas que se están llevando a cabo es la creación de pasos cinegéticos “en aquellos puntos donde se ha detectado que hay una mayor concentración de accidentes”. En los casos de carreteras de nueva creación, a través de pasos subterráneos, y en aquellas ya construidas,se valora entre pasos elevados o subterráneos.

La Delegación también consideró que el vallado selectivo de las vías con una alta concentración de accidentes, para impedir que los animales crucen las carreteras, tampoco es la solución puesto que “traslada el problema a otras carreteras”.

Fuentes de Ecologistas en Acción en declaraciones a la agencia Ical pusieron en duda que la caza realice un control sobre la fauna, y lo calificaron de un intento “por lavar su imagen, y los datos lo demuestran”. Además, desde la organización reconocieron que los días de caza, la fauna está revuelta y los accidentes aumentan: “los cazadores buscan su propia comodidad y no tienen cuidado en que el problema se minimice“. También criticaron que los cazadores exijan mejores condiciones para desarrollar su actividad “cuando lo que le piden al gobierno autonómico se lo conceden, son más laxos, más permisivos”.

Asimismo, explicaron que la Junta carece de estadísticas sobre los animales que se han cazado, “porque los cazadores no lo facilitan, y la Junta no lo exige”, “en cambio sí que se hace un seguimiento de la implicación de los móviles en los accidentes”. Por otro lado, en relación a las diferentes soluciones que los gobiernos competentes han implementado, se ha visto como “no son del todo satisfactorias”, a su juicio, “solamente el vallado de las autovías y la creación de pasos cinegéticos”. Para facilitar que las especies crucen por las zonas habilitadas, habría que vallar toda la Comunidad, “pero hay problemas más importantes”, comentaron.

La organización ecologista pidió a las diferentes administraciones que se establezcan límites de velocidad, se creen inventarios de los puntos negros de las carreteras, que las vías tengan un diseño correcto y adecuado para que los animales no estén en riesgo, pero sobre todo, incidió en la importancia de la concienciación de la población en materia de seguridad vial.

Finalmente, Ecologistas en Acción solicitó la elaboración de estudios para conocer, de forma exhaustiva la población cinegética en Castilla y León, cómo están desarrollando sus actividades los cazadores, y conocer también las eficacia de las medidas que se adoptan en las carreteras.