Los grupos Popular y de Vox iniciaron este periodo parlamentario como exsocios tras la ruptura del acuerdo del Gobierno bipartito por los segundos ante una posición encontrada en la política de inmigración. Tres plenos de las Cortes después, el PP dejó caer la polémica ley de concordia, pero contó con el apoyo del partido de Juan García-Gallardo para aprobar el prometido blindaje de los servicios esenciales. ¿Ruptura total o coaligados en la sombra?, es la pregunta en el arco parlamentario del resto de la oposición.
El pasado 12 de julio Juan García-Gallardo, en una multitudinaria rueda de prensa, anunció la renuncia al cargo de vicepresidente de la Junta y su paso a las Cortes como portavoz de Vox. También, advirtió al PP que nada sería “gratis” y cada iniciativa que presenten parte “de cero”. Ahora, tocan los presupuestos, el presidente Fernández Mañueco, comprometió que se presentarán, pero necesita a los grupos de la oposición, en concreto a su exaliado.
En un repaso realizado por Ical de las iniciativas debatidas y votadas en los tres plenos celebrados hasta ahora, el Grupo Popular enfadó a Vox al votar con el resto de la oposición parar la ley de concordia. Su caída fue celebrada de manera particular por el Grupo Socialista y, más en concreto, por su portavoz, Luis Tudanca.
Sin embargo, Vox se mantuvo firme y salvó la ley de blindaje de servicios esenciales, comprometida por el presidente de la Junta, frente al “no” del resto de la oposición. “Por responsabilidad”, explicó García-Gallardo, que antepuso “la lealtad” de su partido ante “la falta de palabra” que atribuyó a Fernández Mañueco.
El “no” del PP a propuestas de Vox, aparte de la norma de concordia que estaba en el acuerdo de gobierno, ha tumbado una moción sobre empleo y diálogo social, con la que el segundo trató de reivindicar su gestión en la Consejería de Industria, Comercio y Empleo a cargo de Mariano Veganzones. “Vienen a reivindicarse cuando su principal aval se dio a la fuga”, ironizó Francisco Igea, anterior socio del PP, en referencia a quien fuera consejero en la materia.
También, ha dolido a Vox el voto en contra del PP a sus dos proposiciones no de ley para reducir impuestos, lo que ha servido a García-Gallardo para cuestionar la política impositiva de su exsocio y considerar que es “más de boquilla y cosmética”, que real y efectiva. Sin embargo, Vox no ha llevado aun ninguna iniciativa en materia de inmigración, esgrimida como causa para romper un Gobierno que, según ambos, funcionaba.
El PP pierde votaciones
La abstención de Vox ha supuesto que el PP haya perdido algunas votaciones. Al fijar esa posición, el PSOE vio aprobada su iniciativa para modificar la ley del juego y casas de apuestas. También, su apoyo a un plan de salud mental y a la declaración de Monte La Reina como proyecto regional arrastró a los populares a votar a favor de sendas propuestas socialistas.
En el último plenario, la abstención de Vox ha propiciado que el PP se haya quedado solo en la petición de UPL, respaldada por toda la oposición, para suprimir la Fundación para la Promoción de los Valores e Identidad de Castilla y León, creada por la Junta para conmemorar la unión de las coronas de León y Castilla en 1230.
Sin embargo, PP y Vox se han mantenido unidos para rechazar la toma en consideración de las proposiciones de ley socialistas para declarar autoridad a los agentes medioambientales y crear el cuerpo de bomberos forestales. Su mayoría absoluta ha hecho que ambas iniciativas no sigan adelante.
En vivienda, financiación autonómica y publicidad institucional también han unido sus votos. Así, se aprobó la propuesta del PP para pedir la derogación de la ley de vivienda y se rechazó la del PSOE para que la Junta cree un parque público de alquiler con 5.000 inmuebles en dos años. Igual ocurrió con el rechazó de una financiación singular para Cataluña o con la defensa del reparto de fondos a los medios de comunicación.
No obstante, García-Gallardo observa en este tiempo un acercamiento de los populares a las políticas socialistas y a los sindicatos a quienes su partido “quitó privilegios”, que, en su opinión, se recuperan con el rumbo que se ha dado al Diálogo Social. “Que nadie le estropee la campaña preelectoral de abrazos a los sindicatos y otras organizaciones” al presidente de la Junta, sentenció el portavoz de Vox.
“Nos lo pone muy difícil”, asumió el dirigente de Vox ante un posible apoyo de su grupo a los nuevos Presupuestos. En la otra oposición se preguntan si la ruptura es real, si es postureo o si siguen como socios en la sombra. El socialista Luis Tudanca lo tiene claro: el presidente de la Junta tiene que pasar “la prueba del algodón” en cada pleno.
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