Miembros de la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (ASCEL) denunciaron el hallazgo de tres lobos muertos en Castilla y León en lo que va de año, el último de ellos un ejemplar adulto en una superficie forestal en Montemayor de Pililla (Valladolid), por el que se avisó tanto al Seprona de la Guardia Civil como a los agentes medio ambientales de la Junta, para hacer constar el suceso y a fin de que el cadáver fuera conducido al CRAS de Valladolid y se le practicara el pertinente informe facultativo de necropsia, para determinar las causas que le provocaron su muerte, según un comunicado.
Siguen muriendo lobos en "extrañas circunstancias" en #CastillayLeón. Ya van al menos 3 en #Valladolid en 2023
— ASCEL (@ascel_lobo) September 29, 2023
El 73% de los 1.023 lobos registrados muertos durante 1970 y 2011, morían por caza ilegal
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Con este son ya tres al menos los lobos aparecidos muertos en la provincia de Valladolid de los que hay conocimiento directo durante este último año, “en extrañas circunstancias”. Se trata de una provincia “clave” en la conectividad de lobos entre la Cordillera Cantábrica y el Sistema Central, lo que “apuntó al estancamiento y declive de la subpoblación lobera de la Meseta Central”.
Según trabajos científicos, el 73% de los 1.023 lobos cuya causa de mortalidad era conocida en una amplia zona del centro de Castilla y León entre 1970 y 2011 “morían por caza ilegal”, principalmente disparos.
Este factor, junto con la caza legal -derogada desde la protección nacional del LESRPE en 2021-, “posiblemente es el elemento limitador de sus poblaciones”. Así, ASCEL demandó a la Junta de Castilla y León, “inoperante hasta la fecha”, que “lo combata con más medios y recursos”.
La organización recordó que desde hace dos años la muerte intencionada de lobos es considerada delito penal, con privación de la libertad de hasta dos años y sanciones económicas de hasta 200.000 euros. Coinciden casi todos los especialistas que la mortalidad críptica “es mucho mayor que la que se estimaba como caza ilegal o furtivismo, y ésta es la principal causa que incide negativamente en el desarrollo de las poblaciones de lobo en el mundo”.
Así, en España, desde 1986 hasta el año 2014, fechas entre los dos censos nacionales, las poblaciones de lobos se han mantenido estancadas, “incluso habiendo desaparecido como reproductor de comunidades como País Vasco, Extremadura y Andalucía”. ASCEL lucha en la actualidad para consolidar la protección actual de la especie, incrementarla hasta conseguir su inclusión en el Catálogo de Especies Amenazadas y no solo en el LESPRE), y que “su muerte sea tomada en serio por parte de las administraciones y equiparable a la del resto de especies protegidas, como el oso pardo, el águila imperial y el lince ibérico”. En todo caso, exigió a la Junta que actúe “como debe, persiguiendo cualquier acción criminal, como pueden ser estas”.