María Galiana y Lucía Quintana encabezan el reparto de “La reina de la belleza de Leenane”, la obra que lanzó a la fama al dramaturgo y cineasta anglo-irlandés Martin Mcdonagh. La función llega al Bergidum los días 15 y 16 de noviembre (20,30 horas). Las localidades (20 euros) están a la venta.
Mag y su hija Maureen conviven solas desde hace veinte años en una casa del extrarradio de Leenane, al noroeste de Irlanda. Maureen, que permanece soltera, tiene que encargarse de la alimentación y demás cuidados de su madre, muy limitada de movimientos. Sus respectivos caracteres, viciados por silencios y mentiras, marcados por las rutinas domésticas, por una relación maternofilial tensa y represiva, por actos traumáticos del pasado cercano y por un historial de daños recíprocos que se irán desvelando a lo largo de la acción, se verán alterados por un episodio local.
Toda la crítica subrayó desde su estreno e Londres en 1996 que estamos ante un texto extraordinario que transcurre en Irlanda pero que se podría extrapolar a cualquier rincón del mundo, incluyendo a muchos pueblos de la España vaciada. McDonagh ha confeccionado un relato inquietante, que te mantiene en vilo de principio a fin, y que no decae en ningún instante. En muchos momentos, y salvando las distancias, la obra nos recuerda a la historia de ‘Psicosis’ de Hitchcock y esa relación enfermiza y tóxica que tenía Norman Bates con su madre. ‘La reina de la belleza de Leenane’ es una de esas obras de las que ya no se estilan: teatro del bueno, sin artificios, basado en un potente texto dramático al servicio de la actuación de los intérpretes.
Es el apartado interpretativo uno de lo puntos fuertes de este montaje más allá del texto. María Galiana y Lucía Quintana brillan en la piel de dos maravillosos personajes. Una madre y una hija que no se soportan pero que están condenadas a entenderse. Galiana demuestra que está en plena forma a sus 89 años, brindándonos uno de sus mejores papeles teatrales, dando vida a una anciana no tan desvalida como quiere hacer aparentar y que en el fondo tiene auténtico pánico de quedarse sola. Lucía Quintana está espléndida interpretando un papel que le permite exhibirse en el registro dramático después de verla verla brillar en la comedia, como la recientemente exhibida en el Bergidum “Ser o no ser”.
Martin McDonagh, nacido en Londres de padres irlandeses, ha hecho del estereotipo irlandés buena parte de su inspiración, tanto en su teatro como en su cine, como se puede comprobar en su última película como director, Almas en pena de Inisherin. En “La reina de la belleza”, la obra que le lanzó a la fama, se vuelve a detectar ese prurito infantil y fabulístico que encontramos en otros textos como El cojo de Inishmaan o en El hombre almohada. También, la atmósfera de comedia negra, con ese humor tan amargo y un destino macabro, son puntos que nos conectan con su primera pieza.
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