El poeta berciano Francisco L. Pozo saca a la luz su tercer libro de poemas 'El verano del Niño Aúlla', publicado en la colección Perversa del sello Averso Poesía. En este libro, el autor, de Igüeña, se sumerge en el asombro de las palabras, en los reinos de la infancia y en los enmarañados zarcillos del amor.
'El verano del Niño Aúlla' fue el verano del amor; del amor enamorado y su complemento indirecto: el desamor.
Además, para Francisco, la poesía es lenguaje, palabra escrita y belleza. Sucede que, a menudo, lo bello es injusto "como un mar de retama ardiendo al atardecer", o la palabra queda "como un águila calzada, inmóvil en el cielo". Afirma el autor que, entonces surge otra idea más, catalizadora de estos poemas de 'El verano del Niño Aúlla': el lenguaje es dificultad, en muchas ocasiones trastorno e imposibilidad de comunicarse. La imposibilidad y la horizontalidad de lo dormido y lo quieto.
'El verano del Niño Aúlla', supone, en suma, una obra de madurez; un intento acertado de indagar en el lenguaje y en la infancia como media de conocer aquellas cuestiones que emergen en el poeta.
Francisco L. Pozo
Francisco L. Pozo nació en Igüeña en el año 1968 y, desde niño, se ha sentido atraído por los libros y la literatura, especialmente por la poesía. Durante los años 90, vivió en Madrid donde se diplomó en Biblioteconomía y Documentación por la Universidad Complutense.
En el 2002, regresó al Bierzo, donde todavía reside. Cabe destacar que, recientemente, ha ampliado su formación como TS en Documentación y Administración Sanitarias.
Interesado por la fotografía, ha sido seleccionado en algunos certámenes y concursos, además de colaborar como fotógrafo con la prensa local. Respecto a su faceta literaria, reunió sus primeros poemas en el libro Espelunca (1990), y tras un largo silencio poético publicó Para ver nacer el cataclismo (Baile del Sol, 2015).
Además, ha participado en diversas lecturas poéticas, como la XLIII Fiesta de la Poesía de Villafranca del Bierzo.
Para el autor, lo que el poema dice para ser poema podría ser, en este tiempo de desconfianza global, la única verdad creíble.