La chimenea industrial de ladrillo, uno de los elementos arquitectónicos más representativos de la antigua central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), es la pieza del mes de enero del Museo de la Energía. Con una altura de 33,50 metros, la función específica de esta chimenea era la de evacuar los humos o gases generados en la primera central térmica de la ciudad. Las chimeneas de ladrillo tuvieron gran importancia en el desarrollo industrial a partir de la segunda mitad del siglo XIX, ya que fueron utilizadas en industrias de producciones dispares como vidrieras, lecherías, curtidos, tejeras, alimentación o metalurgia, entre otras.
La creación de este tipo de chimeneas tuvo su origen a raíz de la adopción de la caldera de vapor como nueva técnica en los procesos de producción y con el uso del carbón como recurso energético. Los primeros modelos se construyeron en el siglo XIX según los prototipos ingleses y franceses y su función era la de evacuar a la atmósfera los humos o los gases generados por los hornos de las fábricas o por las máquinas de vapor. Se procuraba construirlas con la mayor altura posible, para que así los gases expulsados no pudiesen afectar a la salubridad de los trabajadores y la población.
En la actualidad, las chimeneas se construyen con hormigón y están recubiertas en su interior por lana de roca para que los gases no se enfríen y por las posibles corrosiones ácidas que se originan. Pueden llegar a alcanzar alturas de 270 a 290 metros, como las chimeneas de la central térmica de Compostilla II, en el cercano municipio de Cubillos del Sil.
Último encendido
Construida en 1920 con ladrillo refractario, que resiste mejor la acción del calor, la chimenea de la MSP soportaba en los momentos de máxima actividad de la central unas temperaturas de entre 200 y 300 grados centígrados. Formada por base, fuste y capitel, la argamasa utilizada para unir los ladrillos se obtenía de la combinación de arena con cal y cemento.
Esta chimenea expulsó humo por última vez el pasado 4 de diciembre, festividad de la patrona de los mineros, Santa Bárbara. Para conmemorar esa jornada, el Museo de la Energía organizó un arranque ficticio de la antigua central, acompañado con el toque de la sirena que originalmente anunciaba los cambios de turno.
A través del programa que escoge la pieza del mes, el Museo de la Energía busca acercar a los visitantes la historia de la antigua central de la MSP. Cada 30 días, un elemento que forma parte de la colección permanente del Museo, relacionado con su historia, permite profundizar en los secretos de esta instalación reconocida como uno de los 100 elementos destacados del patrimonio industrial español.