Amuletos de la suerte: toda la historia a nuestro lado

Desde la prehistoria, los amuletos de la suerte nos han acompañado, e incluso hoy, en la era de la razón y el frío algoritmo, seguimos aferrándonos a ellos. ¿Por qué?

30 de Marzo de 2025
Actualizado: 30 de Marzo de 2025 a las 13:10
amuletos de la suerte, historia y qué hay detrás

¿Eres de los que juega siempre al mismo número de la lotería? ¿Siempre que vas a un casino juegas con algún amuleto en tu bolsillo? ¿Tienes esa camiseta o ropa interior que te favoreció en anteriores ocasiones y ahora la usas siempre cuando hay juego? Enhorabuena: no estás solo. Millones de personas en todo el mundo creen en sus amuletos de la suerte, o tienen algún tipo de superstición en el juego. Y esto no es nuevo, ni del pasado reciente. Esto lo llevamos haciendo desde el principio.

 

De los amuletos prehistóricos a las supersticiones de los imperios antiguos 

 

La historia de los amuletos hunde sus raíces en la prehistoria, en una época en la que la vida dependía, muchísimo más que hoy, de la suerte. Suerte para encontrar comida, suerte para evitar ser comido, para dar con agua potable, para que una caída no acabe en un hueso roto, para que el parto vaya bien. En estas condiciones, lo raro habría sido que no existieran los amuletos.

Imaginemos una cueva prehistórica en la que alguien va a dar a luz. Si durante el parto la mujer aprieta en su puño una piedra en particular, o un collar entregado por su madre, o una de esas figurillas que llamamos erróneamente “venus”, o lo que sea… y el parto va bien, ¿acaso no la volvería a coger esa mujer para el siguiente parto? ¿No le conferiría un valor mágico y hasta se la legaría a sus descendientes?

Este es el mecanismo del amuleto de la suerte: te acompaña en un momento malo, difícil, complicado, peligroso o simplemente incierto, y si la cosa va bien, el éxito se asocia al objeto. Da igual si luego no funciona siempre: basta con que vaya bien un par o tres de veces para que se le asigne la etiqueta de amuleto de la suerte.

Aquellos primeros amuletos prehistóricos podían ser cosas tan dispares como conchas vacías, piedras de ámbar, dientes animales, o incluso dientes humanos, que a veces se tallaban o inscribían. Algunas de las colecciones de amuletos prehistóricos que podemos ver en museos son espectaculares.

El auge de las sociedades urbanas y los imperios antiguos trajo consigo un auge en el uso de los amuletos, y en su variabilidad y especialización. Algunos eran naturales, otros artificiales, otros modificados, otros tal cual se encontraban… la mayoría de aquellos han desaparecido, mientras que otros han traspasado los siglos para llegar hasta hoy. Veamos algunos de los más llamativos

 

7 amuletos protectores y de la suerte históricos

 

El escarabeo

El amuleto de la suerte clásico en el Antiguo Egipto. El escarabeo es una pieza tallada con forma de escarabajo pelotero, animal de gran simbología en Egipto, que representaba el sol naciente y la resurrección. A los vivos les proporciona fuerza, poder y protección contra el mal. A los muertos, la posibilidad de la vida eterna.

Y la verdad es que es difícil ir a Egipto y no volverse con uno aunque no seas supersticioso, porque son precisos, tallados en materiales como lapislázuli, amatista, basalto, esteatita u otros materiales.

 

El ojo griego 

¿Nunca has visto un ojo pintado o tallado en alguna superficie u objeto? Es de tres colores: azul oscuro, blanco, azul cielo, y en el centro, azul oscuro de nuevo. Tiene muchos nombres: ojo turco, ojo griego, o “nazar”, palabra que viene del árabe “nazara”, que significa “ver”.

Este amuleto protector se utilizaba desde la Grecia clásica por todo el Mediterráneo oriental. Los tres colores referían a las tres divinidades a las que se pedía protección: Poseidón (por los mares), Zeus (por los truenos) y Hermes (como dios de los viajeros).

Su forma ocular lo convirtió en un amuleto contra el mal de ojo, que aún hoy se utiliza: hay aviones que actualmente lo llevan pintado en el fuselaje. ¡Nunca viene mal un poco de suerte!

 

El cornicello

Desde tiempos del Imperio Romano, los penes han sido considerados símbolos de buena suerte, y por ejemplo a los niños se les colgaba un colgante con un pene, llamado “itífalo” para que no sufrieran daño. En algunas zonas de Italia, como Nápoles, con el paso de los siglos estos símbolos fálicos fueron cambiando y evolucionando, en este caso hacia el cornicello: una especie de cuerno, a veces de color rosa coral, que da buena suerte y protege también del mal de ojo.

 

La pata de conejo

Este es uno de los amuletos de la suerte más clásicos (parece que está documentado desde el siglo VII en Europa). Comenzó siendo una pata de liebre, animal misterioso y más raro que el conejo, pero luego precisamente la abundancia de conejos llevó a un cambio en la naturaleza de este talismán.

Durante la Edad Media, entre las cortes de Europa era habitual regalarse patas de conejo, engastadas en colgantes de plata, oro u otros materiales valiosos, ¡así de importantes eran! Hoy, todavía hay gente que las lleva colgando del retrovisor del coche, o en el bolsillo cuando van a un casino.

 

El zapato apotropaico 

Seguro que nunca habías oído hablar de estos talismanes, ya que son poco conocidos y normalmente están ocultos. Y es que, desde finales de la Edad Media, parece que los albañiles y constructores fueron depositando, dentro de los muros, en huecos tapados de las escaleras, sobre vigas, o cualquier otro lugar cerrado e inaccesible, amuletos protectores, entre los cuales destacan zapatos. Una investigadora española está estudiando estos zapatos protectores ocultos, y sobre unos unos encontrados escondidos en una iglesia de Vicálvaro, explica que seguramente el depósito de amuletos, presidido por el zapato, y que contiene incluso un falo, podría tener tanto una función protectora, purificadora o defensiva, como una de llamar a la suerte, la prosperidad o la abundancia.

 

El trébol de cuatro hojas 

Una investigación de 2017 analizó unos 5,7 millones de tréboles para detectar cuántos había de cuatro hojas. La proporción que obtuvieron es de 1 por cada 5.000 tréboles. Los hay de incluso más hojas, más raros, pero el amuleto protector clásico siempre ha sido el trébol de cuatro hojas. Porque es raro encontrarlo: lo normal es que sean de tres.

Esto hizo que el mito del trébol de cuatro hojas trascendiera los siglos, y hoy sigue siendo un icono reconocible por todos como amuleto de buena suerte.

 

La herradura

Una herradura tiene una forma curiosa, de C. O de recipiente. O de casco. O de luna creciente. Todos ellos son símbolos elocuentes que hicieron asociar, desde la Edad Media, las herraduras como amuletos de la suerte. Su forma cóncava puede recoger la buena suerte y acumularla para ti, o puede rechazar la mala, o puede recoger la mala para que no pase y dispersar la buena para que llegue a todos… es un símbolo con muchas posibilidades, tantas como sus interpretaciones, ya que es uno de los símbolos con más variabilidad en cuanto a significados.

 

 

Los amuletos de la suerte siguen formando parte de nuestra cultura 

 

En los años 90 del siglo pasado se pusieron de moda en España unas pulseritas finas de cuerda de las que colgaban unas personitas minimalista de madera, vestidas con colores chillones y ojitos rasgados. Los llamaban “los chinitos de la suerte”, los anunciaban por la tele (con un anuncio que hoy sería inaceptable) y todos llevaban una. Hoy se llevan pulseritas de plata con “lucky charms”. Es lo mismo. Todos estos amuletos de la suerte, todos estos símbolos, pueden haber cambiado de significado, pero han trascendido los siglos.

Antes, la pata de conejo era un regalo de reyes, y hoy la lleva tu cuñado en el bolsillo cuando juega en el casino. Antes, en la Antigua Grecia, un arpa era un elemento místico que simbolizaba la escalera hacia la divinidad y amuleto valioso, y hoy es un símbolo que sale en rodillos de populares juegos de tragaperras ambientados en esa época, tipo Hercules & Pegasus, o la slot Amazing Link Zeus. Y, del mismo modo, hoy casi nunca ves campos de tréboles en los que buscar uno de cuatro hojas, pero cualquier videojuego que quiera simbolizar irlanda o la suerte te pone un arpa… y un trébol de cuatro hojas.

Y es que la racionalidad no puede vencer siempre. A veces necesitamos creer que algo va a salir bien. Y por eso siempre existirán los amuletos de la suerte.