La Procesión de la Soledad, que debía comenzar este Sábado Santo a las 22 horas, desde la Basílica de La Encina, tuvo que suspenderse por la fuerte lluvia que cayó durante toda la tarde, como ya pasaba el Viernes Santo, con la del Entierro. Así, la Virgen de la Soledad permaneció en la Iglesia de San Andrés para que los fieles pudiesen verla y cantarle el tradicional canto de la Salve, pero no recorrió ninguna de las calles del casco antiguo, como suele ser habitual. El párroco, que ofició la misa en la citada iglesia, pidió a los allí congregados que imaginasen que el paso iba por las distintas calles de la zona alta, aunque habrá que esperar al año que viene para hacerlo en realidad.
Recordemos que es el segundo año consecutivo que esta procesión tan íntima no puede salir a las calles del casco antiguo de la ciudad por las condiciones climatológicas.












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