“Aquí estamos un año más repartiendo la suerte más dulce de España”. Estas son las palabras con las que Sergio González, quinta generación de la Confitería Conrado de La Bañeza, en la provincia de León, define a su ya tradicional sorteo de 10.000 entre los roscones vendidos desde el pasado 15 de diciembre. “Un año más continuamos con esta iniciativa que endulza tanto la vida y estamos muy contentos, porque el ritmo de ventas va muy bien, tanto en tienda como en la página web”, afirma.
La iniciativa a la que se refiere Sergio surgió en el año 2008 a raíz de una cena de navidad en la que se buscaron ideas para “incentivar de alguna manera la venta de roscones”, ya que en aquel momento “se trataba del dulce menos vistoso de las navidades”. En aquel momento el premio que se metía en uno de los roscones vendidos era de 500 euros, pero “como se incrementaron mucho las ventas” la cifra comenzó a crecer cada año hasta llegar a “la cifra redonda” de los 10.000 euros en el año 2019.
De la mano de esta iniciativa, la Confitería Conrado inició en el año 2012 la venta online de sus productos, en un momento en el que “en el pequeño comercio a penas había nadie que vendiera a través de internet”. Este salto permitió abrir “un nuevo escaparate global” que el joven no quería perder a través de la página web www.elreydelroscon.es y a día de hoy se ha convertido en “un canal de ventas importantísimo” tanto a nivel nacional como europeo.
En este sentido, González cifra en un 30 por ciento el incremento de las ventas a través de la página web en una tendencia que “se mantiene año tras año” pero que “siempre sorprende”, debido a que “siempre existe la duda de que la situación económica o el día a día afecte a la venta”. “Al final es un dulce con un componente emocional, sobre todo para los roscones que van fuera de España, porque acercas el país y la tierra a la mesa del español que está en el extranjero”, relata.
Es por esta razón por la que el premio del roscón no suele quedarse en la provincia de León, sino que “viaja por todas partes”. No obstante, en su anterior edición sí que quedó “cerca de casa”, ya que la agraciada fue Consolación Carbajo, una mujer de 82 años de la localidad leonesa de Jiménez de Jamuz.
Precisamente fue en esa última edición en la que comenzó una nueva forma de entregar el premio. Así, mientras que desde su creación hasta ese momento se escondía un cheque por valor de 10.000 euros en uno de los roscones que se venían, ya el pasado año y este, todos los roscones vendidos entre el 15 de diciembre y el 6 de diciembre están numerados con un boleto cuya matriz se deposita en una urna. El el día de Reyes y ante notario, una mano inocente sacará uno de esos números premiados.
Sin embargo, en el caso de que un año no aparezca el premiado, las bases del sorteo establecen que el dinero se destinará a “una entidad benéfica”. “El dinero no se queda aquí nunca”, deja claro Sergio.
Identidad leonesa
Más allá de contener en su interior 10.000 euros, los roscones de Conrado son especiales porque, como ocurre con muchos de los dulces elaborados en el obrador de la confitería, “tienen una identidad muy leonesa y muy bañezana”, porque “cuentan con materia prima de la tierra”.
“Esto se hace por beneficiar al mundo rural en el que estamos asentados, con unos productores y unas materias primas excepcionales, así que si lo incorporando a nuestros productos estamos saboreando nuestra tierra y beneficiando a nuestro entorno en una economía circular”, detalla Sergio González, convencido de que “la inmediatez del obrador a la tienda o la página web y el producto de kilómetro cero” supone la “seña de identidad de sus roscones”.
Unos roscones que han conseguido romper con su temporalidad, de forma que “se venden durante todo el año a través de la página web” e incluso en la tienda de La Bañeza “hay una tendencia cada vez mayor y la gente en vez de encargar tartas de cumpleaños encargan roscones de cumpleaños”. “¿Por qué no comer todo el año un dulce que está tan bueno y que gusta tanto?”, se pregunta Sergio González.