La acampada reivindicativa que los trabajadores de las empresas auxiliares de Endesa en Compostilla instalaron a las puertas de la térmica para obtener una solución de futuro ante el cierre de la central cumple este jueves 100 días. "Cada vez somos menos, pero lo hemos convertido en un punto de encuentro donde vienen a visitarnos los que ya han sido despedidos y la mantendremos hasta que cierre la térmica o hasta que nos ofrezcan la solución justa que pedimos, al no estar incluidos en el Acuerdo del Carbón 2019-2027 que sí ampara a los ex empleados directos de la minería y las centrales", ha asegurado el portavoz de la plataforma, Alonso Roa.
Cien días bajo el sol, la lluvia, el hielo o la nieve que los auxiliares han utilizado como medio de protesta, pero también como base de reuniones para decidir los pasos a seguir o desconectar de la situación de incertidumbre que sufren jugando a las cartas o al fútbol. "Cuando iniciamos la acampada el 28 de enero -solo contabilizan los días laborales- éramos 90 u 80 y ahora nos reunimos menos de diez...; la situación es dura y los días pesan pero no vamos a rendirnos hasta conseguir nuestro objetivo", señala Roa.
Este objetivo consistiría en obtener una solución por parte de Endesa, propietaria de la central, "pero tras muchas peticiones desde el mes de agosto para reunirnos y pedirles que nos adjudicasen las labores de desmantelamiento sin obtener respuesta, tenemos claro que nunca se sentarán con nosotros, a pesar de que han anunciado públicamente que sí contarían con los auxiliares". "Al conocer los planes de cierre de Compostilla en 2020 y ver lo que pasó con la central de Anllares, que finalizó su actividad de forma precipitada, no queríamos que nos pasara lo mismo", ha añadido Roa. De ahí que los auxiliares -180 de siete subcontratas- realizasen en diciembre y enero cuatro jornadas de huelga que culminaron en la acampada.
De forma paralela a estas protestas, los auxiliares solicitaron reuniones con políticos y sindicatos para que ejerciesen de interlocutores con Endesa. "Por parte de la Junta obtuvimos un compromiso de reubicarnos en otras empresas de la zona como la futura planta de Forestalia, pero con el cambio de Gobierno Autonómico hasta que no nombren a un nuevo consejero no sabemos qué pasará; lo que tenemos claro es que llegado el momento solicitaremos una reunión con el responsable del área para continuar con lo que Suárez-Quiñones -consejero de Fomento y Medio Ambiente en funciones- nos prometió".
Los auxiliares también se reunieron con el candidato del PSOE a la presidencia de la Junta en las pasadas elecciones, Luis Tudanca, "que transmitió nuestras premisas a los Ministerios de Industria y Transición Ecológica", y con el nuevo director de la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN), Arsenio Terrón, "del que también obtuvimos su ayuda y compromiso, pero al igual que con Tudanca y Suárez-Quiñones, todo se paralizó en el periodo electoral y hasta que no se constituya la Junta de Castilla y León no podremos continuar con las reuniones, porque ahí si que esperamos que anuncien los futuros proyectos para la CIUDEN y sabremos qué esperar de ello".
Situación de los trabajadores
La central térmica de Compostilla contaba con siete empresas auxiliares y 180 empleados dedicados al mantenimiento, la seguridad o la limpieza. De ellos, según ha confirmado Roa, quedan en torno a 70, ya que la falta de carga de trabajo provocó que las subcontratas prescindiesen de los trabajadores. "Nos hemos quedado menos de la mitad a un año de que cierre la térmica y la mayoría está esperando a ver qué sucede con su futuro, por eso queremos respuestas y las necesitamos ya", ha añadido el portavoz.
Entre las subcontratas, la empresa Auxitrans aplicó un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) a sus 17 trabajadores. Este entró en vigor el 1 de enero y está previsto que finalice el próximo 15 de julio, "sin saber por el momento qué será de ellos después de ese día". De igual forma, Maessa (Mantenimientos, Ayuda a la Explotación y Servicios S.A.) confirmó en enero el despido de 46 trabajadores. Estos mantuvieron un periodo de negociación con la empresa en el que finalmente algunos aceptaron las reubicaciones que les ofrecían en otros centros de Cartagena, Ibiza, Andorra o Vigo. Del resto de empleado, Maessa solo mantiene a 17 en labores de mantenimiento. Otras, como Nervión o Ferrovial (encargadas de la limpieza) también mantienen a su plantilla, "pero todos siguen esperando sin saber qué pasará".
"Nuestro objetivo desde el primer momento siempre fue que Endesa recolocase a los trabajadores jóvenes y ofreciese medidas fiscales o un coeficiente reductor a los mayores a punto de jubilarse para que todos tuviésemos la 'transición justa' que nos prometieron, pero después de 100 días de acampada y de muchos más luchando por ello no tenemos respuesta, así que mantendremos las tiendas frente a la central el tiempo que haga falta", ha concluido Roa.