Atravesado por las caudalosas aguas del río Burbia y declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965, encontramos uno de los centros turísticos más importantes del Bierzo por ser parada esencial de peregrinos y viajeros: Villafranca del Bierzo. Siendo la capital histórica de la Comarca y uno de los pueblos más bonitos del Camino de Santiago, Villafranca es el único punto donde el peregrino puede recibir la ‘compostelana’ en el Camino atravesando la Puerta del Perdón.
Por todo ello, damos la bienvenida a un año 2024 en el que, sin duda, su protagonista será la ‘pequeña Compostela’ dado que la 27ª edición de la serie expositiva ‘Las Edades del Hombre’ tendrá lugar en Villafranca del Bierzo y “se arropará con el carácter y la identidad del municipio y su entorno”.
A nadie le cabe duda del gran patrimonio monumental que Villafranca ha sabido conservar. A pesar de la gran cantidad de enclaves para visitar, en este reportaje nos centraremos en la iglesia románica de Santiago, con su famosa Puerta del Perdón y en las también iglesias de origen románico de San Francisco y de San Juan de Fiz.
Iglesia de Santiago
Los orígenes de la iglesia de Santiago se fechan en el año 1186 cuando el Obispo de Astorga, don Fernando, obtuvo una bula papal que le permitió edificar un templo en terrenos próximos a Villafranca, llegando a tener en la Puerta del Perdón, las mismas gracias que el templo de Compostela para los peregrinos imposibilitados de continuar.
La iglesia, de planta rectangular y con una sola nave, destaca por su austeridad general, pese a que la conocida Puerta del Perdón posee detalles de gran belleza. Esta puerta se encuentra enmarcada por cuatro pares de columnas sobre las que apoyan arquivoltas que van apuntando hacia el interior. Además, la Puerta del Perdón está ricamente ornamentada con motivos florales, geométricos y escenas bíblicas del Ciclo de la Natividad.
También cabe destacar la cabecera del templo con una capilla rectangular rematada por un ábside semicircular cubierto con un tramo de bóveda de cañón seguido de un casquete esférico. Además, el ábside se encuentra abierto en tres ventanales tipo portada, con arquivolta de baquetón y guardapolvos decorada mediante el conocido ‘taqueado jaqués’. Por último, a esta iglesia se le añadió una capilla y una sacristía, posiblemente en el siglo XVIII.
Iglesia de San Francisco
Muy cercana a la iglesia de Santiago y ubicada en uno de los puntos más altos de Villafranca, el templo de San Francisco es una de las mayores representaciones de simbiosis artística del lugar. No se sabe con exactitud la fecha de su fundación, pero se le atribuye a San Francisco de Asís en su peregrinaje a Santiago. Sin embargo, es más probable que se deba a Doña Urraca, esposa de Fernando II de León, a comienzos del siglo XIII.
Respecto a su estructura, la iglesia de San Francisco se compone de una sola nave, con tres capillas accesorias en uno de sus tramos. Está cubierta con un artesonado morisco del siglo XV, con cinco racimos de mocárabes en el almizate. Cabe destacar los enterramientos en la capilla mayor, la sillería del coro del siglo XVI y el retablo sobre el altar, de estilo churrigueresco.
En la estructura general y en su portada, el templo presenta elementos románicos, pero también trazas góticas, como el ábside construido durante la ampliación del siglo XV. Sobre las claves de sus bóvedas están esculpidos los escudos de armas de los marqueses de Villafranca. Por otro lado, del siglo XIII solo se conserva la portada del hastial occidental que está formada por un arco de medio punto, que se abocina en cuatro arquivoltas.
Este templo posee en su interior una decoración de influencia barroca, principalmente en el Retablo Mayor. En él, destacan tallas como la de la Virgen de la Expectación, más conocida como la ‘Virgen de la O’, o La Piedad, pieza clave de la imaginería leonesa.
Iglesia de San Juan de Fiz
A las afueras de Villafranca, encontramos la iglesia de San Juan que se mantiene en pie desde el siglo XII, a pesar de que el edificio original fue inaugurado casi 500 años antes por San Fructuoso de Braga. Entre sus características, se puede apreciar la gran sencillez y austeridad que enlaza con las obras del románico rural, así como con la cultura cisterciense. Además, durante muchos años, el templo fue gestionado por los Hospitalarios.
Respecto a la arquitectura, la planta de la iglesia está compuesta por una sola nave, rectangular con la cabecera rematada en un semicírculo, en cuyo ábside se enmarca con cuatro contrafuertes. La portada norte permite comunicar el templo con el cementerio. Y, en cuanto a su portada principal, encontramos un arco de medio punto sobre dos pares de columnas, pudiendo apreciarse como única ornamentación una cabeza humana esculpida en la clave.