El Monasterio de Carracedo revelado como nunca antes: Radiografía infográfica al detalle de su arte monumental y sus claves ocultas

El Bierzo aguarda en sus dominios espacios patrimoniales que han perdurado a lo largo de los siglos, y que en la actualidad sus muros como lo restos minerales que allí puedan quedar, cuentan las historias de poder, influencia e importancia que albergó la Comarca en su pasado, como las personalidades de diversa índole que pisaron por éstos. 

23 de Abril de 2023
Actualizado: 10 de Mayo de 2023 a las 10:04
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reportaje moasterio carracedelo
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El Bierzo aguarda en sus dominios espacios patrimoniales que han perdurado a lo largo de los siglos, y que en la actualidad sus muros como lo restos minerales que allí puedan quedar, cuentan las historias de poder, influencia e importancia que albergó la Comarca en su pasado, como las personalidades de diversa índole que pisaron por éstos. 

 



 

Entre los  puntos de obligado peregrinaje, con los que poder comprender la línea temporal de la historia y patrimonio del Bierzo, se encuentra el  Monasterio de Santa María de Carracedo, ubicado en el municipio berciano de Carracedelo, cuyos orígenes comienzan en el año 990, "cuando el rey Bermudo II 'El gotoso' dona su finca, en la que había pasado su juventud, para acoger a los monjes huidos de la Meseta a causa de las incursiones de Almanzor", y que se detallan en  las investigaciones de José A. Balboa de Paz y Fernando Miguel Hernández. Al respecto, los autores también sostienen que "aquel primitivo monasterio llamado de San Salvador, del que no se conserva resto alguno fue restaurado en 1138 por la infanta doña Sancha, hermana del rey Alfonso VII, cediéndolo al abad Florencio y a los monjes del cercano cenobio de Santa María de Corullón". De esta forma,"renace Carracedo", que con sus prácticas ascéticas - purificar el espíritu por medio de la negación de los placeres materiales o abstinencia- "lo convierten en cabeza de una importante congregación de filiales en El Bierzo y en el Reino de León. 

Sin embargo, la historia del Monasterio de Santa María de Carracedo cuenta con épocas doradas y otras menos. Alrededor del año 1203, la congreación de este punto patrimonial de la Comarca, realizó su ingreso en el Císter "no sin tensiones internas", cambiando sus hábitos por los blancos característicos cistercienses, mientras su denominación pasa de San Salvador a Santa María de Carracedo. Esta ubicación litúrgica pasó por diferentes etapas de la historia, tras una crisis espiritual del Císter desde el siglo XIV, y la aparición de la Congregación de Castilla, "a la que Carracedo se adhiere en 1505", da comienzo una etapa de "esplendor monacal", precedida de tiempos complicados por la gestión del mismo. "Carracedo reorganiza ahora su dominio en 7 prioratos, fuente de abundantes recursos destinados en gran parte a la reconstrucción y ampliación del edificio monástico: nuevo claustro reglar, sacristía, cubierta del refectorio, cerca monástica en el siglo XVI; claustro de la Hospedería, torre-campanario y el llamado Tercer Patio en los siglos XVII y XVIII; por último, la edificación de una iglesia, sobre el solar de la antigua, desde el año 1796". 

 



 

Pero con la llegada de la "exclaustración" en 1835 y la venta de propiedades con la Desamortización, "el monasterio fue objeto de saqueo y destrucción", del que se pudo salvar la iglesia neoclásica y las alas del Capítulo -vivienda del párroco- y del refectorio -propiedad privada-, quedando en ruinas. Tuvo que llegar el año 1928 para ser declarado Monumento Nacional, siendo en la década de los sesenta cuando se inician las primeras restauraciones por Menéndez Pidal. Aunque es a partir del año 1988 cuando la Diputación de León,  junto al Obispado de Astorga como propietarios de este espacio, da comienzo una restauración "más ambiciosa" con los arquitectos Salvador Pérez Arroyo y Susana Mora Muñoyerro, más la integración de los estudios de José A. Balboa de Paz más la excavación arqueológica bajo el mando de Fernando Miguel Hernández.... Hasta llegar a la actualidad como museo de este pasado berciano. 

 

 


 


¿Quién fue Bermudo II, por qué 'El Gotoso' y su muerte en El Bierzo?


Foto: Óleo sobre lienzo de Gerónimo Fresco (1851) ubicado en el Museo del Prado / Web Museo del Prado

 

Aunque su destino era León, nunca llegó y falleció en El Bierzo. "Volvía a la capital cuando se agravó su dolencia de gota, falleciendo en Villabuena (El Bierzo, León), el 4 de septiembre de 999. Contaba unos cuarenta y ocho años de edad. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de aquel lugar y pronto trasladado al cercano monasterio de Carracedo, fundado por Vermudo en el 990. Allí permaneció hasta su paso a San Juan Bautista de León, antes de ser recogidos sus restos por Fernando I y Sancha y depositados definitivamente en San Isidoro de León", explica la Real Academia de la Historia añadiendo que "aunque sobre la filiación de este monarca existió cierto debate genealógico, gracias a la documentación hoy podemos afirmar que se trata de un hijo legítimo del rey Ordoño III de León y de su esposa Urraca Fernández de Castilla, hija a su vez del conde Fernando González, y que se convirtió en moneda de cambio político de su ambicioso padre"

"De sus dos matrimonios dejaba descendencia. Del primero, celebrado con Velasquita Ramírez, dama vinculada patrimonialmente a Galicia y Asturias, al menos una niña: Cristina Ramírez, que desposará con el infante Ordoño Ramírez, hijo del difunto Ramiro III, dejando numerosa prole de la que procederá buena parte de la nobleza asturiana y leonesa. De la segunda unión, con Elvira García de Castilla, hija del conde García Fernández, nacerán, al menos, Alfonso V y Teresa. De diversas damas, algunas de ellas de nombre conocido, tuvo el monarca gotoso a Ordoño Vermúdez, que llegará a ser mayordomo real con Alfonso V y Vermudo III, Elvira, Vermudo y Piniolo. Sus hijos y descendientes quedaron vinculados a Galicia formando parte de la primera nobleza de aquellas tierras", apunta la RAH

 

Algunas dependencias y espacios (de digna fotografía) dentro del Monasterio de Santa María de Carracedo


La realidad actual del Monstaterio de Carracedo es que es un espacio de digna visita, ya que en cada muro y piedra levantada a día de hoy, junto a  los restos que a lo largo del mismo se ubican, son dignos de admiración, análisis... y fotografía. Como en todos los lugares, existen peculiaridades, vistas únicas e incluso algún dato curioso, como cuando el escritor asturiano, Gaspar Melchor de Jovellanos 'trasteó' entre la documentación de la biblioteca del Monasterio, durante una visita. ¡Incluso ha servido de plató para una producción cinematográfica!

 

Cocina de la Reina y mirador


 



 

Este punto perteneciente al segundo tercio del siglo XIII y primera mitad del siglo XIV, responde a un nombre que podría proceder de una tradición, que según J. Mª Quadrado en el año 1855, calificaba como dependencias palaciegas, en las que se puede observar una gran chiminea -pudiendo acceder al interior de la misma-. Junto a las dependencias contiguas, los monjes podrían haberla llamado "Palacio". Además, esta sala ha estado relacionada con diversos monarcas vinculados a la historia de Carracedo, como Bermudo II 'El Gotoso', Doña Sancha y la reina Teresa de Portugal, primera mujer de Alfonso IX. Sin embargo, "la arquitectura de carácter gótico solo puede vincularse con Tresa de Portugal, también fundadora del monasterio de Villabuena, aunque de esto no hay constancia documental".

 



 

Se trata de una estancia cuadrangular, organizada en torno a cuatro columnas centrales, dispuestas sobre elevados basamentos cilíndricos con capiteles vegetales esquemáticos y ménsulas en las pararedes, que soportan arcos diafragma apuntados, sobre los que cargaba, según J. Mª Quadrado, "una armadura plana en torno a un centro ochavado, decorada con estrellas, escudos de Castilla y León, dragones y otros motivos vegetales de la que únicamente se conservan doce tablas en el Museo de León". 

 

Locutorio


 



 

En la actualidad se accede al locutorio a través de una rotura en un arcosolio que no es la entrada original, "sino que se practicó cuando al construirse el claustro del siglo XVI se tuvo que clausurar su acceso oeste, como se ve desde el interior. Aqui el prior repartia el trabajo diario a la comunidad", explica Balboa. Excepcionalmente, "era el único lugar del monasterio donde se podía hablar".
Constructivamente es semejante al pasaje, bóvedas de cañón sobre ménsulas lisas, excepto una; tiene arcosolios en el muro sur, usados quizás como bancos. En el siglo XVII se reformó el tramo final, abriendo una puerta a la huerta, en el lugar que ocupaba una antigua ventana.

 


 


Refectorio




 

Era el comedor de los monjes. "Sus paredes perimetrales de silleria, excepto la entrada, corresponden a la fabrica medieval: ventanas abocinadas y tapiadas en su mayoria: púlpito abierto en su lado oeste -descubierto en la reciente restauración-, donde un monje leia mientras la comunidad comia en silencio, e indicios de su cubierta original, que seria en madera apoyada en arcos diafragma, de la que se pueden ver los modiliones tardorrománicos del alero del tejado en la planta alta. La puerta que comunica con la cocina era el antiguo torno por donde pesaban platos y cazuelas; el suelo de este paso corresponde con el nivel de circulación en época medieval", señalan los datos explicativos del Monasterio. 

"La bóveda de crucería en ladrillo corresponde a las reformas del siglo XVI que obligaron a rellenar el antiguo hueco del pólpito y de su escalera de acceso para apoyar alli el enjarje de las nervaduras. Las claves ofrecen motivos pintados, florales y un águila bicéfala coronada. Junto a la entrada desde el claustro, con arco de medio punto, en el que se aprovechan sillares medievales, se conserva un pequeño lavabo abierto en la pared.  Tras la exclaustración, estuvo destinado a vivienda particular y cuadas, lo que exglica parte del ennegrecido por humo de las bóvedas. Sus puertas están hoy cogadas con ladrillo", explica la documentación de la sala.

 



 



 

Sala Capitular y Panteón de Abades


 



 

Desde su concepción, la Sala Capitular estuvo destinada a panteón de obades, cuyos sarcófagos -saqueados y robados en su mayoria- ocupaban los lucillos de las paredes laterales. El primer arcosolio occidental acogió los restos del abad fundador Florencio (custodiados actualmente en Astorga); en el siquiente se conserva la lauda con el báculo, la cruz abacial y epitafio del abad Diego, fallecido en 1155 y el del extremo también mantiene la lauda, pero sin inscripción. El central del lado derecho corresponde al abad Fernando.

 


 


Oratorio del Abad y las previas impresionantes escaleras


 



 

"La sala del Oratorio del Abad fuese empleada más tarde como archivo. Es un espacio no demasiado amplio pero bastante alto formado por una planta cuadrada, cubierto con bóveda de crucería, e iluminada por un gran óculo. Destaca la clave de la bóveda, que tiene tallada la figura de un Cristo en Majestad enmarcado por una mandorla y rodeada por un Tetramorfos", explica ArteGuias. 

 



 


 


Librería o Biblioteca


 



 

Aunque existente desde la segunda mitad del siglo XVII, la biblioteca actual, que los monjes llamaba "librería común", se reconstruyó de nuevo en el año 1777. Emplazada, como es habitual, sobre el refectorio, es una gran sala rectangular iluminada por cuatro amplias ventanas y con un balcón en el sur. La reciente restauración ha respetado parte del entablado original, asi como los motivos que decoraban su techo raso. Se calcula que sus cajonerias y estantes guardaban unos 5000 volúmenes, desaparecidos en su mayoria.

 

Torre Medieval y Campanario




 

"Todo el cuerpo cilindrico por el que se asciende corresponde a la escalera de usillo medieval, con los peldaños construidos al tiempo que el muro. En el año 1690 se levanta la torre cuadrada, donde distia un reloj que miraba hacia el pueblo, y en su interior la campana de las horas y de los cuartos. En el año 1790 cayó un rayo sobre ella, destruyendol la aguja, y se construyó un chapitel nuevo revestido de pizarra dispuesta en escamas, sustituida por cobre en la restauración reciente", apunta la información del Monasterio. 

 



 

"Desde la torre se divisa la casa monástica, con las ruinas del Claustro de la Hospedería a la derecha y más allá la casa del médico; la bodega de guarda al pie y parte del claustro reglar a la izquierda, destacando netamente sobre la "bandeja"  que crea el solado negro. En un plano lejano, contemplamos el área económica directamente explotada por los monjes, delimitada por la cerca monástica construida en el año 1581, en la que destaca la silueta del palomar. La imagen y cultivos actuales, con prados, huertas y frutales, no debe distar mucho de la que contemplaban los monjes en época moderna", añaden desde el Monasterio de Carracedo. 

 

El Monasterio... la visita de Jovellanos a la biblioteca y un escenario de película




 

Este punto berciano contó con la visita de Gaspar Melchor de Jovellano en el año 1792, más concretamente anduvo por el Monasterio los días 17, 18 y 19 de junio. Días que aprovechó para visitar este espacio patrimonial e investigar entre los ejemplares y documentación ubicada en el archivo de la biblioteca. Sin embargo, fue en el año 2001  cuando  la Fundación 'Foro Jovellanos del Principado de Asturias' le dedicó un recuerdo, que en forma de placa, descansa en una de las paredes de la biblioteca del Monasterio de Santa María de Carracedo.  En su visita al Monasterio, el escritor Jovellanos decía que: " (tiene) bastantes libros, aunque no llena, y buenos, aunque no en todo". 

 

'Onyx, los reyes del Grial' rodada también en Carracedo


 

 

 

Una producción cinematográfica utilizó el Monasterio de Santa María de Carracedo como uno de sus escenarios. Concretamente la producción cinematográfica documental (2019) responde al título de 'Onyx, los reyes del Grial'. "El hallazgo fortuito de un documento del siglo XI aporta la clave definitiva para localizar el cáliz de la última cena de Jesucristo y sus apóstoles. Una investigación trepidante nos conduce a través de la historia de las civilizaciones, en un camino de vicisitudes con cristianos, musulmanes y diferentes movimientos políticos históricos como protagonistas. Esta película documental, en su mayor parte ficcionada, está dirigida por Roberto Girault (Los árboles mueren de pie) y cuenta con un reparto formado por Jim Caviezel (Plan de escape), Maria de Medeiros (100 metros) y Anthony Howell (La dama de oro)", cuenta en su sinopsis. 

 

 


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