Además de gastronomía y tradición, El Bierzo guarda en sus dominios espacios patrimoniales que han perdurado a lo largo de años o incluso siglos. En la actualidad, muchos de estos enclaves pueden relatar la historia que albergó la Comarca en su pasado y que pueden describir por qué El Bierzo es así hoy en día.
En el corazón del Bierzo y acomodado en una empinada ladera que vierte al valle del río Burbia, encontramos el municipio de Corullón. Parada obligatoria del Camino de Santiago, Corullón ofrece a todo aquel que lo visite dos gratas sorpresas: sus iglesias románicas, una dedicada a San Esteban y otra a San Miguel. En esta última centraremos este reportaje.
Declarado monumento histórico en el año 1931, la iglesia de San Miguel fue construida en el año 1086, derribada 7 años más tarde y vuelta a reconstruir en 7 años, siendo terminada en el 1100. Gracias a una restauración que se llevó a cabo a finales de los años 70, presenta, en la actualidad, un aspecto impecable. Cabe destacar que su construcción es posterior a la iglesia de San Esteban de Corullón.
Algunos autores se atreven a relacionar la iglesia de San Miguel con la Orden del Temple ya que tuvo un importante papel en la zona, al recibir territorios por parte del rey Fernando II. Tanto es así, que se cree que antes de ser una iglesia, San Miguel fue parte de un monasterio templario hasta su eliminación en el año 1312. Tras la suspensión de la Orden, el monasterio pasó a manos de una orden rival, la del Hospital de San Juan de Jerusalén. Esto explica la estructura religioso-militar que presenta la edificación.
Calvario de Corullón
En la iglesia de San Miguel, se encontraba el ‘Calvario de Corullón’, una representación de Cristo crucificado junto con la Virgen y San Juan, datada en la segunda mitad del siglo XII. Esta obra, que actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de León, constituye uno de los mayores logros de escultura realizada en madera dentro del arte románico leonés.
En el año 1908, el arqueólogo e historiador Manuel Gómez Moreno se encontró la talla en pésimas condiciones y tirado en un trastero. Esto ha dado lugar a que, en la actualidad, el Cristo del ‘Calvario de Corullón’ se encuentre sin brazos.
Arquitectura de la iglesia de San Miguel de Corullón
La edificación posee una única nave rectangular que finaliza en un ábside semicircular sin presbiterio, pero sí cuenta con una bóveda de cuarto de esfera. La nave se encuentra dividida en tres tramos: en los 2 primeros, correspondientes al cuerpo de la iglesia, encontramos varios ventanales con vano abocinado y con arquivoltas que descansan en columnillas con capiteles decorados.
A día de hoy, la nave está cubierta con una armadura de madera, pero en los muros laterales perviven perpiaños y estribos, signos visibles de un proyecto con bóveda de cañón que no se llegó a culminar.
Sin embargo, lo más notable del templo es su muro meridional, donde se abren ventanales ornamentados en los 2 primeros tramos, situándose en el tercero la puerta principal con arco de medio punto que descansa sobre 2 columnas con capiteles. Aquí, podemos encontrar una entrada coronada por una arquería cegada que evoca al transepto meridional de la Colegiata de San Isidoro de León.
Decoración escultórica
Siguiendo con el muro meridional, encontramos una puerta adintelada sobre el que se encuentra un tímpano con decoración geométrica, además de columnas rematadas en capiteles. En estos capiteles se pueden apreciar pequeñas cabezas humanas sobre leones al lado izquierdo, mientras que en el derecho la protagonista es la vegetación, un elemento que podría tratarse de una pieza visigoda o mozárabe.
En la puerta de entrada, destacan tres arcos de medio punto, compuestas también por parejas humanas con un aspecto grotesco. El resto de la decoración escultórica del exterior se resume en una colección de canecillos (elementos que sostienen el vuelo del tejado, característicos de la arquitectura románica), entre ellos destacan un personaje mesándose la barba, representaciones zoomorfas y un exhibicionista.