Hierro, wólfram y carbón. Su extracción durante décadas, arrancado de las entrañas de la tierra, ha dejado auténticas heridas en las comarcas mineras con el cierre de cada explotación. Unas heridas que poco a poco, con el paso del tiempo, se van convirtiendo en cicatrices que servirán para recordarnos que ese pasado minero algún día existió. Y así el Bierzo y Laciana están llenas de orgullosas cicatrices, que se erigen ahora como un valioso patrimonio industrial y minero a recuperar y conservar y que RGS Dron ha capturado en un vídeo producido para InfoBierzo. Estas son nuestras 18 cicatrices, pero no son las únicas.
Cicatriz 1. El poblado de la Piela en Cadafresnas. Abierta sobre la ‘montaña negra’ que describía el cineasta Chema Sarmiento en su película sobre la “fiebre del wólfram” que durante la postguerra, en la primera mitad de los años 40, llevó a muchos bercianos, hombres y mujeres, a subir a monte «armados» con pico y pala para extraer este negro mineral, que era pagado a precio de oro por alemanes y americanos en plena contienda mundial por su incalculable valor para la fabricación de armamento. De estos tiempos aún quedan como testigo los restos decadentes de una antigua explotación abandonada - con su mina, el lavadero de la 'Cabarca del Infierno' y el poblado de la Piela-, junto al pueblo de Cadafresnas y a la sombra de la Peña del Seo.
Cicatriz 2. Coto Vivaldi. La visible huella que dejó Coto Vivaldi con la extracción de hierro en el desaparecido pueblo de Posada del Río y en Congosto a través de una explotación de cielo abierto y tres pozos verticales. Y aunque gran parte de las instalaciones de esta mina quedaron sumergidas en los años 60 bajo las aguas del embalse de Bárcena y otra parte fue desmantelada en 1977 tras su cierre, aún se conserva en pie su imponente cargadero, son sus seis tolvas.
Cicatriz 3. Coto Wagner. Abierta también por la extracción de hierro en el entorno de Onamio (Molinaseca), un pueblo que “flota” sobre kilómetros de galerías y convive con decenas de hundimientos y socavones dejados por la actividad del Coto Wagner. Estas minas de hierro fueron cerradas por la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP) hace más de 30 años y su filón aún es visible en varios puntos, como si fuera un desfiladero con corte vertical de gran profundidad que parte en dos el valle, en el que aún se erige majestuoso y herrumbroso la estructura de su horno de calcinación junto a los restos de la vieja línea de baldes que llevaban el mineral hasta la estación de San Miguel de las Dueñas.
Cicatriz 4. La Placa. La decadente imagen de los muelles de La Placa, olvidados y expoliados durante décadas sin que se materialice su sueño de ser declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Y es que La Placa no es sólo un complejo de hangares y talleres que Renfe levantó para reparar sus locomotoras, es un emblema de toda una serie de cambios revolucionarios que entre 1948 y 1954 cambiaron totalmente la estructura ferroviaria de la capital berciana y la comarca para dar salida al carbón que se producía en sus minas.
Cicatriz 5. Pozo Viejo. El Pozo Viejo de Fabero es un ‘abuelo’ de 90 años que acaba de ser “rejuvenecido” gracias a la restauración a la que fue sometido el año pasado. Es el primer y más antiguo pozo vertical de esta cuenca minera, levantado en 1928 con 110 metros de profundidad por el empresario minero Diego Pérez Campanario y su empresa Antracitas de Fabero. Fue el pozo de extracción principal hasta que entró en servicio el Pozo Julia, a comienzo de los años 50.
Cicatriz 6. Pozo Julia. Uno de los pozos emblemáticos del Bierzo, se levanta como una imagen icónica de la minería en Fabero. Y sin despertar del sueño de convertirse en el Parque Temático de la Minería, abre sus puertas a los visitantes que pueden viajar años atrás, cuando el trasiego de mineros era continuo, recorriendo sus vestuarios, la lampistería y la sala de compresores hasta las puertas del pozo, donde las ‘jaulas’ se encargaban se subir y bajar a mineros y vagones hasta unos 300 metros de profundidad.
Cicatriz 7. Mina Alicia. También en Fabero, en pleno en casco urbano se encuentran las instalaciones del Grupo Alicia, que fue explotado por Combustibles de Fabero y conserva todo su entorno minero -duchas, bocamina, edificios de oficinas, talleres-.
Cicatriz 8. Línea de baldes, Fornela. La marcada por el rastro de la línea aérea de baldes que hace décadas atravesaba el valle de Fornela y Fabero hasta la estación de Páramo del Sil, para dar salida al carbón desde la explotación asturiana de Tormaleo, de la MSP. Este teleférico fue construido entre 1960 y 1964 con más de 24 kilómetros y un túnel de 600 metros para salvar la Cordillera Cantábrica por el puerto de Cienfuegos.
Cicatriz 9. El lavadero de La Recuelga. Una herida imponente, con una gran construcción que recuerda que el lavadero de Santa Cruz del Sil fue considerado en sus tiempos el segundo mejor de toda Europa. Visible desde la carretera que une Ponferrada y Villablino, conserva aún parte de la línea aérea de baldes y todas las torres hasta el cielo abierto.
Cicatriz 10. Pozo María. En Caboalles de Abajo se levanta el esqueleto de hierro de lo que un día fue la mina María, una de las explotaciones más significativas de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), que la arrendó en 1932. Pero ya antes se sacaba carbón de sus entrañas. Gorgonio Torres Sevilla fue quien en 1910 se hizo con esta gran concesión minera, con más de 323 hectáreas, para sacar carbón durante más de una década.
Cicatriz 11. Mina La Escondida. Es una herida abierta aún, pendiente de continuar con su actividad después de este 31 de diciembre de 2018. La mina La Escondida, de Hijos de Baldomero García, se convierte en la última mina activa en la provincia de León, que acaba de enviar la carta de despido a sus trabajadores, dejando sólo a una docena en tareas de mantenimiento. En ese rincón de Laciana, en Caboalles de Arriba, resiste desde su apertura en 1957 por José García, hijo del también empresario minero Baldomero García y cuñado de Marcelo Jorissen 'El Belga', con el que estableció una estrecha amistad en los tiempos de la Residencia de Estudiantes de Madrid y que después se convertiría en el director de la MSP.
Cicatriz 12. Pozo Calderón. Al sobrevolar el Pozo Calderón, una de las explotaciones de la MSP en Villager de Laciana, es imposible no recordar el encierro de 1992 y los nombres de los mineros Guillermo Murias, Luciano Leiguarda, José Manuel Bruzos, Adolfo Bernardo, Manuel Lastra, Enrique Pancorbo, José Luis Lago y Alfredo García. Ahí estuvo el germen de la primera marcha negra.
Cicatriz 13. Lavadero de la MSP. La demolición fue el trágico final para otro gigante, el mítico lavadero de la MSP en Villablino. Levantado en 1989, la inversión de 2.000 millones de pesetas previstas se acabó convirtiendo en 4.000 millones. En este lugar se lavaba todo el carbón que producían los distintos grupos que la empresa poseía en la cuenca de Laciana antes de ser trasportados en ferrocarril hasta Ponferrada. A partir de 1994 pasó a manos de Victorino Alonso.
Cicatriz 14. Pozo Viloria. En Torre del Bierzo, a escasos metros del pueblo siguiendo la calle La Maquila, se levanta todavía majestuoso el Pozo Viloria, con su salida de los vagones 'volando' sobre el río Tremor y rodeado de escombreras. Historia de la minería en esta cuenca, desde 1942.
Cicatriz 15. Pozo Malabá. A unos kilómetros de Torre del Bierzo, aún se mantiene en pie el castillete del Pozo Malabá, que fuera testigo del encierro que en 2005 protagonizaron seis mineros para presionar por el conflicto abierto con el Gobierno por el nuevo Plan del Carbón 2006-2012. Antes de esa movilización, las galerías de Malabá ya habían dado cobijo a otro encierro en 1999. Uno de los escenarios de la lucha minera que cerró sus puertas hace ya cinco años, en 2013, con la empresa Alto Bierzo en concurso de acreedores.
Cicatriz 16. Pozo Casares. Los restos de este pozo son aún visibles en Tremor de Arriba. Fue una de las minas de Alto Bierzo –que al final pasaría a manos del empresario Simón Ramos Campazas como Minas del Bierzo Alto- que también fue escenario de uno de los encierros mineros, siendo el núcleo de las movilizaciones del 2010, que trajeron también consigo la segunda ‘marcha negra’. Echó el cierre en 2017.
Cicatriz 17. La Gran Corta. En los últimos años la actividad minera en la cuenca de Fabero se limitó a la explotación a cielo abierto de la Gran Corta de Fabero, de Unión Minera del Norte (Uminsa). Una gran cicatriz dejada tras remover millones de toneladas de tierra para extraer el carbón que la ha convertido en la mayor mina a cielo abierto del país y cuya actividad cesó hace poco más de un mes.
Cicatriz 18. Pozo Salgueiro. La última mina del Bierzo. La explotación de Antracitas de Salgueiro se inició hace más 40 años, en los 70, en el pozo viejo, un típico travesal de las minas de montaña del Bierzo Alto. Fue en 1996, cuando se proyectó este segundo pozo, un pozo inclinado con tres plantas de galerías, en el que llegaron a trabajar cerca de 200 mineros. La actividad extractiva había sido intermitente en los últimos años, casi desde su adquisición en 1999 por Victorino Alonso, que la incorporó a Uminsa. El 16 de noviembre de 2018, con su cierre, se escribió la última página de la minería del carbón en el Bierzo.