Una normalidad 'a medias' en un Bierzo y Laciana con luz pero con dificultades en las telecomunicaciones

“Hay luz, pero no funciona el teléfono ni internet. Así es difícil funcionar”. Es una de las frases más repetidas este martes en la capital berciana, uno de los puntos de la Comarca donde se intenta recuperar la normalidad, aunque sigue siendo complicado. 

Tras una noche con la mayor parte del Bierzo, y la vecina comarca de Laciana a oscuras, la llegada del día trajo consigo la recuperación del suministro eléctrico, pero los teléfonos han seguido sin funcionar durante gran parte de la mañana, lo que ha dificultado el trabajo de muchos comercios donde no podían cobrar con tarjeta en un momento en el que la mayor parte de la ciudadanía apenas lleva encima efectivo. 

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“Aún no hay normalidad, no tenemos línea para el datáfono, algo que nos complica las ventas, ya que el 50% de las ventas suele hacerse a través de tarjeta”, explica a Ical Sergio, uno de los vendedores de la Feria del libro antiguo y de ocasión instalada en la plaza del Ayuntamiento de Ponferrada.

En la misma situación se encuentra la Yolanda, dependienta de Hiper Gol, donde hoy, al menos, ya puede pesar lo que vende. Y es que en la jornada del lunes solo pudo vender aquello que tenía precios cerrados, como una barra de pan o bolsas de patatas. “Ha vuelto la luz, pero internet va y viene. Por lo menos puedo cobrar, aunque no sé si podré hacer caja. Ayer fue un caos, la gente estaba muy asustada y venía a comprar desesperada”, recuerda. 

Justo al lado, en Shinigami Cómics, se intenta trabajar con normalidad. “Nosotros de momento estamos tranquilos. No tenemos datos ni teléfono, pero estamos funcionando con la wifi de la tienda”, explica Sergio. 

Una noche a oscuras

Y todo después de que los bercianos y lacianiegos vivieran una noche prácticamente a oscuras. En la capital berciana la situación fue desigual. Mientras en ciertas zonas, como el barrio de La Estación, el entorno de Castillo de los Templarios, la Rosaleda y partes de barrios de pedanías como Columbrianos y San Andrés de Montejos sí tenían luz, otras calles, como muchas situadas en la parte alta de la ciudad y el barrio de La Placa, tuvieron que alumbrarse con linternas hasta, aproximadamente, las cinco de la madrugada. Eso sí, los ciudadanos se mostraron muy tranquilos, tanto los que decidieron quedarse en sus casas como los que salieron a las calles de la ciudad.

“No estaba preocupada, solo molesta. Tenía una linterna y pude escuchar la radio. El regreso de la luz me pilló durmiendo”, explica Mari Nieves. Lo mismo cuenta Nieves. “Llegué a casa, no había luz y decidí irme a dormir”, dice. “Lo viví con normalidad aunque con cierto desasosiego”.

Entre los más jóvenes, la máxima preocupación ha sido la falta de internet, como cuenta Daniela. “Nos hemos estado alumbrando con linternas y el móvil no iba. No podíamos estudiar, porque no había luz, nos hemos tenido que dormir pronto y el móvil no funcionaba. Estamos demasiado acostumbrados a él. Lo usamos mucho y nos cuesta vivir sin él”, reconoce. A ello se sumó el no poder cocinar, ya que la mayoría de las casas tienen todo eléctrico. “Yo me fui a casa de mi abuela, que tiene cocina con gas, para poder calentar la comida”, narra Carla. 

En el municipio de Ponferrada hay todavía zonas sin luz, como el pueblo de Bouzas, la pedanía de Santo Tomás de las Ollas y Bárcena, según explicó el alcalde de Ponferrada, Marco Morala. En todo caso agradeció el buen comportamiento de los ponferradinos “que no han generado incidentes”. 

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La tranquilidad también fue la tónica que se vivió en Bembibre, donde la luz regresó en torno a las 7.20 horas de esta mañana. La alcaldesa, Silvia Cao, afirma que fue una noche tranquila, dentro de lo ocurrido. “Hemos tenido un montón de horas de apagón, pero no ha habido más incidentes que el tren que quedó parado en Viloria, pero enseguida trajeron a la gente aquí y vinieron autobuses a buscarlos”, afirma Cao. “Gracias a la Guardia Civil, a la Policía Local, Protección Civil e incluso a ciudadanos que nos ayudaron en la residencia de ancianos para poder trasladar a muchos de ellos a sus habitaciones”, añade la regidora.

El suministro eléctrico comenzaba también a llegar en torno a las 7.30 horas a Castropodame y Folgoso de la Ribera, donde las linternas resultaron imprescindibles para pasar la noche. “En Folgoso se ha vivido como un corte como otro cualquiera. A veces se va la luz y no sabemos ni por qué. En los pueblos no es algo extraordinario”, explica Tomás Vega, exalcalde del municipio y dueño de una tienda. “Esto implica que todos ya solemos tener linternas, radios convencionales y velas en casa, así que no nos pilla desprevenidos”, añade. “Eso sí, cuando íbamos viendo lo que estaba pasando, ya te preocupabas un poco más. Intentamos calmar a las niñas, pero bueno, lo vivimos con cierta calma”, continúa. 

En el Valle de Laciana aún tuvieron que esperar varias horas para recuperar la luz, que regresó sobre las 11.30 horas, aunque las comunicaciones siguen siendo muy complicadas.

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