* REPORTAJE PIUBLICADO EL 26 DE DICIEMBRE DE 2012 autora Patricia F. Santiago
Corría el año 1826, era Noviembre, día 25 y se creaba legalmente en la capital del Bierzo la ‘Sociedad de Teatro Ponferradina’ que más tarde daría paso a la extensa tradición teatral y cinematográfica que hasta el día de hoy perdura en la ciudad.
Por entonces, las representaciones se llevaban a cabo en un local situado en la cárcel y cuya reforma ponía en peligro su continuidad. Poco más de una docena de obras se realizaban en épocas señaladas como Carnaval, Pascua de Resurrección, Feria de Mayo, Fiestas de la Encina y Navidades. Los beneficios de la recaudación se destinaban a fines sociales. Poco después, la ‘Sociedad de Teatro Ponferradina’ cambiaría su denominación por ‘Declamación y Filarmónica de Ponferrada’.
Teatro de Ponferrada o Teatro Principal
Hacia 1843 se iniciaban las obras que pondrían en marcha el primer coliseo de la capital berciana. En concreto, el lugar elegido, según afirma José Cruz Vega Alonso en el libro ‘Teatro de Ponferrada’, fue “en el tramo de San Agustín hasta el mediodía”, situado dentro del antiguo convento de Los Agustinos –hoy en día I.E.S. Gil y Carrasco-. En 1845 se daba por finalizada la construcción, aunque en años posteriores, varias reformas le acabarían dando el aspecto definitivo.
Tres años más tarde -1848- se estrenaba la dramatización de Mateo Garza, ‘El Señor de Bembibre’, y figuraban en su reparto personajes como Eladia Baylina o Isidro Rueda, que pasarían posteriormente a tener un nombre propio en las calles de Ponferrada.
Ya en el nuevo siglo pasaron por sus tablas la que por entonces era la actriz indispensable del teatro en España, Margarita Xirgú; el galán de los galanes, Rafael Rivelles; o Enrique Borrás, otro personaje destacado dentro del panorama teatral de aquellos años.
Un siglo después de su creación, en 1949 comenzaría el declive del Teatro de Ponferrada. Una de sus últimas proyecciones fue el filme de 1944 de Robert Siodmak titulado ‘La reina Cobra’. Durante la década de los ’50, cuando el coliseo pasó a prescindir de las butacas, se convertiría en un salón de bailes infantiles. Su fin llegaba en 1963, con su demolición. Un recuerdo de la historia de Ponferrada que quedaría en eso, un recuerdo, porque como muchos señalan “fue una lamentable pérdida”.
Teatro de Héctor y posterior Cine Ideal
Conforme avanzaban los primeros años del siglo XX, las representaciones escénicas y proyecciones fílmicas fueron cobrando cada vez mayor protagonismo. La calle de la Estación contemplaría un nuevo nacimiento cultural, esta vez, “una especie de café-cantante” incluido en el género de ‘variedades’, que aglutinaba a diferentes artistas como folclóricos, cupletistas, bailarines o ilusionistas.
En un principio, el Teatro de Héctor Nieto estuvo situado en la calle de La Estación. Sin embargo, ante la expectación que suscitaba, tuvo que ser trasladado a otro local con mayor tamaño. Tras sufrir un incendio el nuevo inmueble, se convirtió en salón, después pasó a ser teatro y por último, el Cinema Ideal. En los años ’20 vivía su máximo esplendor y en 1932 se ponían fin a las representaciones con la puesta en escena de ‘Los Caciques’, escrita por uno de los mejores dramaturgos de principios del siglo pasado, el alicantino Carlos Arniches. En 1934, según relata Vega Alonso en el ‘Libro del Centenario de Ponferrada (1908-2008)’ “la parte alta del café se convertía en la oficina del Sindicato de la Unión General de Trabajadores y en los años de la guerra sus muros se convirtieron como acuartelamiento de la Guardia Civil.
Teatro Edesa
Como se ha comentado ya, en los años ‘20 se produjo el mayor resplandor en obras teatralizadas, por algo se le llamaba la Edad de Plata. A finales de esa década, en 1929, se realizaba la compra por 20 pesetas el m2 de un solar situado en la céntrica plaza de Julio Lazúrtegui.
Sería donde se asentaría poco tiempo después el famoso Teatro Edesa, propiedad de Adriano Morán, José Cubelos y Lorenzo Pérez (aunque con anterioridad, la Empresa de Espectáculos Sociedad Anónima estuvo compuesta por 34 socios).
De la gran inauguración de sus pantallas se encargarían dos grandes de la época: la popular Imperio Argentina y el cantante de tangos Carlos Gardel. Sería en 1935 a través de la película ‘Melodía de Arrabal’. En las navidades de 1934 llegaba a Ponferrada el cine sonoro, algo que marcaría un antes y un después en la historia del cine, así como en la sociedad a nivel general. Llegó la guerra y con ella, la censura. Durante los años en que duró la guerra civil, en el Edesa quedaba prohibido cualquier tipo de representación teatral o de variedades, excepto actividades de grupos locales.
Una vez finalizado el conflicto, se reanudaban las actuaciones, y a partir de 1945, de nuevo la sala volvería a experimentar su apogeo. Por la sala del Edesa pasaron figuras tan importantes como ‘La Faraona’ Lola Flores, Marifé de Triana, Antonio Machín, Juanito Valderrama, Rafael Farina, Manolo Escobar, Estrellita Castro o Celia Gámez. La última puesta en escena teatral sería ‘Los gavilanes’, en Noviembre de 1974.
Siete meses después -el 2 de junio de 1975-, las pantallas del Edesa se apagarían para siempre tras la última película allí proyectada (‘El abogado defensor’).
Teatro Bergidum
Dado que el Edesa era, de aquella, el teatro con mayor capacidad de la ciudad (casi 1.000 localidades), las dos partes de Ponferrada, separadas por el rio Sil, competían por tener la supremacía comercial y social. Fue entonces, cuando se ideó el proyecto del actual coliseo, el Bergidum.
Tenía capacidad para cerca de 800 personas y su telón se subía por primera vez en 1946 –coincidiendo con el día de La Encinina- y perdurando hasta la actualidad. Por un tiempo, la sala del Bergidum se dedicó exclusivamente a proyecciones de películas, y cerca estuvo de llegar a vivir el mismo destino que el Teatro Principal. Finalmente, la demolición no se produjo y en 1987, a través de la permuta de unos solares, pasó a ser de titularidad municipal. En 1992 se remodeló para ofrecer la estética que se mantiene hasta hoy en día y para traer de nuevo el teatro a su escenario.
Cine Morán
Un año después de abrir el Teatro Bergidum, lo hacía el Cine Morán. Su nombre, conocido por todos porque era el dueño del Edesa y del Teatro Principal, es decir, Adriano Morán.
A la cita del 2 de Septiembre de 1947 del nuevo local en la antigua Avenida de Calvo Sotelo (Hoy Camino de Santiago) no quería faltar nadie. La entrada para ver ‘Oro, amor y sangre’ de Michael Curtiz, era gratuita y muy poca gente se quedó sin verla gracias a las 4 proyecciones que se realizaron.
La batalla entre el Bergidum (CEUPSA) y el Edesa (Adriano Morán) continuaba, y en estos momentos, a la competencia de salas de cine ponferradinas se había sumado la última propiedad de Adriano Morán, quién terminaría firmando una fusión con la empresa que gestionaba el Teatro de la zona alta. En 1999 llega la hora de su derribo, aunque como tal sus puertas cerraban en 1985.
Cine Sil
Las zonas centro y alta de la capital berciana ya contaban con multitud de ofertas cinematográficas. Sin embargo, en el barrio de la parte baja no existía la posibilidad de pasar las tardes en un cine. Por ello, Flores se convertiría, a partir del 13 de Mayo de 1958, en otro reclamo de ocio para los habitantes de la ciudad.
Al llegar a la década de los años 50 se ponen de moda las sesiones galantes o féminas, que consistían en que las mujeres entraban gratis si iban acompañadas por un hombre. Toda una campaña de marketing para crear la costumbre de ir al cine por la semana. Los domingos y los festivos, el cine era para toda la familia y es cuando se proyectaban la sesiones infantiles.
Teatro Adriano
Las tablas del Adriano se convirtieron en una parada indispensable dentro de las agendas de muchas compañías de teatro durante los años ’60 y ’70. Abre en 1962 con ‘La Dama del Alba’. Aprovechando que Ponferrada estaba en pleno Camino de Santiago, las compañías incluían la representación en nuestra ciudad para cuadrar su programación al coincidir ferias o fiestas en las capitales de las provincias.
El Adriano se erigía en la calle del Cristo. Se trataba de una sala de 455 butacas en la que debutaría el consolidado grupo ponferradino ‘Conde Gatón’ en 1967. El primer título de su trayectoria sería ‘La soltera rebelde’.
Las imprescindibles tablas del Adriano para muchas compañías dejaban de acoger los gestos, las palabras y la música en la década de los años '80.
Consulta bibliográfica y documentos gráficos
‘Teatro de Ponferrada’(José Cruz Vega Alonso)
'Libro del Centenario de Ponferrada (1908-2008)' (Vicente Fernández Vázquez)
Redacción: Patricia F. Santiago (Infobierzo)