El ser humano siempre ha buscado la inmortalidad de una forma u otra. Pues por sorprendente que parezca, un nuevo estudio, publicado por el prestigioso medio Nature, indica que una inyección podría ser un acercamiento a la inmortalidad, por así decirlo, ya que permitiría vivir un 25% más.
Según los responsables del estudio, la clave podría estar en una proteína llamada IL-11, y que habitualmente está ligada al envejecimiento. La teoría es bastante sencilla: al reducir o eliminarla del organismo, cualquiera podría tener una esperanza de vida bastante más larga de lo que suele considerarse normal.
Al parecer, los roedores que han sido tratados de esta forma, no solo aumentaron su habitual esperanza de vida un 25%, sino que también se mostraron más resistentes a lo que es frecuente en ellos. De esta forma, los científicos no descartan que en algún momento del futuro se puedan aprovechar estos descubrimientos con distintos fines clínicos.
La relación entre la proteína IL-11 y el envejecimiento se descubrió prácticamente por puro azar. Al poner la lupa en una rata adulta, los investigadores descubrieron que sus niveles de esta proteína eran considerablemente más altos que cuando hacían lo propio analizando ratas más jóvenes.
Aunque todavía es pronto para saber si esta inyección podría tener el mismo efecto en los seres humanos, los científicos parecen optimistas al respecto. Algo que coincide con la visión positiva que algunos visionarios tienen acerca de la inmortalidad.
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