El consumo de bebidas alcohólicas ha crecido exponencialmente en los últimos años, situándose la media de edad en 14 años. Es por ello que el Ejecutivo ha optado por una transformación legal del asunto. El Ministerio de Sanidad espera que tenga el recorrido esperado en la acción política y que esto sirva de nuevo punto de partida para frenar el consumo y limitar la publicidad.
Esta ley estrechará el cerco a los espacios en los que se podrá consumir alcohol por parte de los adultos. No se permitirá en centros educativos (a excepción de las universidades), así como en centros de protección de menores, residencias de estudiantes en las que se permiten menores de edad ni en espacios deportivos o de ocio donde el público objetivo sean menores de edad.
En estos espacios tampoco se podrá publicitar ningún tipo de bebida alcohólica, ni tampoco en los alrededores o en aquellas áreas donde habitualmente haya menores de edad: centros sanitarios, servicios sociales, parques o zonas de ocio infantil, etc.
Otro punto de la ley del alcohol es que tampoco se podrá hacer publicidad de forma encubierta y, en cuanto a las máquinas expendedoras, estas deberán tener mecanismos para asegurar que solo los adultos tengan acceso.
Las autoridades tendrán, a su vez, mayor capacidad de acción y sancionadora. Por un lado, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado podrán realizar pruebas de alcoholemia en espacios donde esté expresamente prohibido su consumo. Por otro lado, tendrán capacidad para sustituir las sanciones por participaciones en programas de sensibilización.
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