El horno de Toral de Merayo recupera la llama de la tradición. Calienta su barro el fuego y las manos ahondan en la masa madre con las más de 200 personas que acudieron a hacer pan en el taller que daba la bienvenida al horno comunal en la tarde de este sábado.
Hogazas, hogacines, barras esperaban en las artesas a su cocción en el horno para recuperar la tradición en Toral de Merayo. "Esto es un símbolo del pueblo, y los más jóvenes desde ahora lo empezarán a conocer", recalcaba el pedáneo, Tito Macías. "Es importante conservar nuestros espacios porque son un encuentro con esa memoria y esa tradición. Ahora cualquier vecino puede pedir las llaves y volver a cocer pan o los productos tradicionales que se están perdiendo" como los afamados almendrados y roscas de Toral de Merayo.
Más de 11.000 euros de presupuesto han sido necesarios para recuperar este edificio comunal, propiedad de la Junta Vecinal, y que supone también abrir las puertas del horno al siglo XXI. La primera masa madre desde que cerrara su puertas a comienzos de los 'dos mil' se muestra en la artesa, y las escobas de monte con que se prepara este horno se asoman de nuevo a su gran boca de metal.
El presupuesto ha permitido reparar la cubierta, pasar del barro al suelo de cemento impreso y reparar las grietas en la vieja piel del horno. Algo más de 7.000 euros los ha aportado el Plan de Pequeñas Obras del Consejo Comarcal y el resto provienen de aportación de la propia Junta Vecinal. En todo caso, el edil de Medio Rural, Iván Alonso, compromete ya en los próximos presupuestos una partida para finalizar la recuperación con la adquisición de nuevo mobiliario como artesas, zona de amasado y mesa.
Esta pedanía de Ponferrada mete desde ahora una nueva hornada de toraliegos que podrán aprender a hacer pan mientras mantienen viva la llama de una tradición.